Anecdotario Nacional

Anecdotario Nacional

MUCHAS fueron las personas que por su incomprensión sufrieron durante el gobierno del General don Tomás Guardia. Su mano fuerte pero honrada, se hacía sentir desde la silla presidencial. Fue un gobierno de honradez, de orden y de disciplina.

Los descontentos, los incomprensivos, no pensaban más que en derrocarlo y en asesinarlo. Se reunían en diferentes casas particulares a tramar y a fraguar revueltas y cuartelazos que nunca se realizaban. Indudablemente que la figura del General Guardia infundió respeto a los costarricenses.

El grupo de descontentos decidió por fin fraguar una revolución. Tenía que estallar en San José en cierta fecha indicada. El General Guardia lo sabía.

El día anterior a la fecha para derrocarlo y asesinarlo, don Tomás se presentó solo a la casa donde estaban reunidos los cabecillas revoltosos, y les dijo:

—-“No esperen el día de mañana paro matarme. Si son valientes, háganlo ahora mismo”.

Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora. Dibujos de Noé Solano. Usado con autorización.

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