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EL PROFESOR don Gustavo Michaud fue un profesional distinguido que supo dignificar la cátedra de Química en el Liceo de Costa Rica y en el Colegio San Luis Gonzaga de Cartago. También fue Jefe del Laboratorio de la Aduana Principal. Jamás leía periódicos. Los libros eran sus mejores compañeros y amigos. Se sentaba a la mesa con el libro en la mano. Su hijo Gastón, sin que lo supiera su padre, era un atleta destacado en todos los campos del deporte.
Corría el año de 1918. En una mañana de malas para el equipo de fútbol de la Gimnástica Española perdieron la partida en forma tal, que de no haber estado Gastón en el arco, lo hubieran perforado a todo gusto. Al día siguiente “La Información” decía en un gran titular la hazaña de Gastón Michaud haciéndole un merecido elogio. El arquero de la Gimnástica llegó a su casa. Ya su padre estaba sentado a la mesa, al lado de sus libros y sus platos. Quiso la casualidad que se le ocurriera pedirle el periódico que traía en el bolsillo del pantalón. Lo abrió y lo primero que vio fue el titular que decía: “E1 portero Michaud salvó ayer la situación, etc. etc. …”
El Profesor volvió a ver a su hijo, y le dijo:
—Gastón, ¿qué es esto que dice aquí del “portero Michaud?”.
Y el atleta le responde:
“Cosas de los periódicos, papá. No hay que hacerles caso”
Entonces, don Gustavo, bastante molesto, le replica:
—“¿Cómo que no hay que hacerles caso; no ve usted que esto es falso? Vaya a decirles ahora mismo, que Gastón Michaud no es portero»… que Gastón Michaud es el primer auxiliar de mi Laboratorio! …
Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora. Dibujos de Noé Solano. Usado con autorización.
