Se encontraba el ilustre galeno bastante inquieto por un enfermo grave, y recomendó al médico interno cuidase solícitamente al paciente, de preferencia en las noches. porque el caso era serio, y llevado de su inquietud, fue personalmente una noche, encontrando al joven Chaves profundamente dormido. Lo despertó el doctor Duran, y con su gracia socarrona, le dijo, como tomando alientos:
—“Mi amigo: usted no es Chaves Velando. Usted es Chaves Durmiendo”.
Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora. Dibujos de Noé Solano. Usado con autorización.