«Oiga amiguito, bote el cigarrillo porque me molesta el humo».
Pero el compañero de viaje seguía fumando …
El Licenciado Jiménez, bastante molesto, sacó de su billetera una tarjeta, y al dársela al Cholo, le dijo: -¡¡Fíjese bien quien soy!!».
Pero Obregón seguía fumando …
Don Carlos María, ya casi estallando en cólera, llamó al conductor del tren y le dijo:
«Haga el favor de bajar a este caballero».
El conductor se acercó al Cholo y lo requirió para que abandonara el tren.
Pero éste, sonriéndose, sacó la tarjeta que le había dado don Carlos María y se la entregó al conductor, quien al verla, se quitó con todo respeto la gorra, y se retiró.
«;Por qué no ha bajado usted a este señor?».
Y el conductor del tren, contemplando la cara de disgusto que ponía don Carlos María Jiménez, le dice:
-«¡Imposible, señor! ¿no ve usted que es el MINISTRO DE GOBERNACION?» …
Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora.
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