Cuando Ramón Caldera trabajaba como redactor del diario “La Tribuna”, se le acercó a la Casa Presidencial a preguntarle qué diferencia creía él que existía entre un político y un hombre de estado.
El Licenciado Jiménez Oreamuno, célebre por sus frases irónicas y sus respuestas terminantes, le contesta al periodista Caldera:
—“Un hombre de estado es un político que se pone al servicio de la Nación. Y un político es un hombre de estado que pone la Nación a su servicio”…
Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora. Dibujos de Noé Solano. Usado con autorización.