Se discutía un proyecto de ley del Diputado Santos tendiente a reformar la Ley de Elecciones. Al dársele Primer Debate, el proponente dormía en su curul de diputado. El señor Pacheco aprovechó la oportunidad para ridiculizar a don Aníbal, y dirigiéndose más a las barras que al Presidente del Congreso, dijo:
—“Señores Diputados: Propongo que la discusión de este asunto se posponga para la sesión venidera, por cuanto el proponente señor Santos está profundamente dormido”.
Don Aníbal interrumpe al orador, en medio de las risas de las gentes que ocupaban ese día las barras del Congreso, para decir:
—“Miente el Diputado Pacheco. Yo no estoy dormido. Yo estoy durmiendo” …
Don Leónidas le replica al instante:
—“Que nos diga el novel literato, qué diferencia existe entre estar dormido y estar durmiendo”.
Y don Aníbal, más listo que una gacela, le responde:
—“Señor Pacheco: la diferencia es la misma que existe entre estar jodido y estar jodiendo” …
Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora. Dibujos de Noé Solano. Usado con autorización.