En el Liceo de Costa Rica y al dar sus lecciones, un día, uno de sus más aventajados discípulos, Andrés Meza, conocido en el mundo de las letras con el pseudónimo de “Domitilo Abarca”, le dice:
—“Don Roberto: estoy decidido a ser un gran escritor” .
El Profesor Bienes Mesén le responde al instante:
—“¡Le advierto que se morirá de hambre!”.
Entonces, Domitilo Abarca, el autor de «Lágrimas de Hospital”, le contesta:
—“Eso no me importa don Roberto”.
Y aquélla figura, que supo abrillantar el nombre de Costa Rica en todo el Continente Americano y que sus amigos y admiradores lo siguen llorando, le replica:
—“En ese caso triunfará usted Meza”.
Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora. Dibujos de Noé Solano. Usado con autorización.