EN SUS MOCEDADES, el gran poeta vernacular, Aquileo J. Echeverría, fue nombrado Secretario de la Gobernación de Heredia. Un día de tantos, Aquileo se encontraba en su escritorio haciendo números y más números y amontonando cuartillas de papel hasta formar verdaderas montañas. Uno de sus acreedores le había embargado la octava parte de su sueldo. Se trataba de una deuda de ₡ 10.000,00 de aquél entonces. Lo que el poeta quería saber era el tiempo que tardaría en cancelar la deuda. Por varias horas estuvo encerrado en su oficina sin ver a nadie, hasta que de pronto se presenta el señor Gobernador, don Pedro Zumbado Guzmán, que también de vez en cuando pulsaba la lira y que sus amigos cariñosamente lo llamaban “sol de marzo” por su gran cara redonda y colorada, y le dice:
—“¿En qué está don Aquileo?”.
Y aquel hombre bohemio, que hacía sonreír a Costa Rica entera con los frutos de su ingenio y con las travesuras de su mente, le responde:
Estoy sacando la cuenta
del tiempo que he de gastar,
para pagar con mi renta
este embargo colosal,
y veo que van a pasar
de los CIEN AÑOS CABAL.
Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora. Dibujos de Noé Solano. Usado con autorización.