YOYO QUIROS, uno de los humoristas y críticos más ingeniosos que tuvo Costa Rica, fue un día a la
Sastrería de don Vicente Montero, que lucia una hermosa barba la cual cubría un «bocio», a pedirle que le hiciera un vestido. Como el señor Montero sabía que Yoyo Quirós era un bohemio empedernido, le contestó negativamente.
Pasaron los días, las semanas y los meses. Yoyo trabajaba con gran éxito en un periódico de importancia. Don Vicente se le acerca a pedirle que le ponga un avisito de su sastrería. Entonces, el gran humorista y crítico, que se la tenía guardada, redactó uno que salió publicado días después, y que poco más o menos decía así:
“La Sastrería de don Vicente Montero anuncia la llegada de preciosos cortes de casimir inglés, pero participa que solamente los vende al contado y no a plazos, porque no es ningún ‘güecho’”…
Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora. Dibujos de Noé Solano. Usado con autorización.