En cierta ocasión, el Licenciado don Ricardo Jiménez Oreamuno llegó a buscar a su barbero. Pipo Meoño, un oficial que trabajaba en esa barbería, muy popular y parlanchín, se le puso a las órdenes a don Ricardo. Para Pipo resultaba un elevado honor arreglar al político mas discutido de Costa Rica.
Cuando el “Brujo del Irazu” se encontraba sentado en la silla, Meoño, que ya había empezado a contarle a su cliente todos los chismes del día, le dice:
—“¿Cómo quiere que lo pele?”.
Don Ricardo Jiménez, siempre dispuesto a contestar apabulladamente, le responde:
—“¡Calladito, mi amigo!”.
Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora. Dibujos de Noé Solano. Usado con autorización.