Una mañana, el doctor Quirós Madrigal fue a visitarlo y a saludarlo a su celda y entabló con él el siguiente diálogo:
«Tocas tu instrumento muy bien, ¿pero por qué no pruebas a sacar otras notas de tu violín? ¿Por qué no haces como los otros violinistas? Pasa la mano por las cuerdas».
Y el enfermo mental, muerto de risa, le responde al doctor Quirós Madrigal:
«Ja, ja, ja, qué tonto que es usted. Los otros violinistas se pasan la vida buscando esta nota… y yo ya la encontré’…
Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora.
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