Después de una conversación muy cordial, el distinguido visitante panameño le pidió al Licenciado Lara un consejo de cómo podría invertir su capital y en qué clase de negocios productivos.
Chala Lara, como cariñosamente lo llamábamos sus amigos, sonriente y con aquella gentileza que lo caracterizó siempre, y accediendo a la súplica del forastero, le respondió:
-«Aquí en Costa Rica sólo dos cosas pueden hacer millonario a cualquier persona: vender café y aguardiente adulterados» …
Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora.
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