Como la idea iba tomando cuerpo y abriéndose paso en la opinión pública, y ya los señores diputados se aprestaban, unos a rechazarlo y otros a darle su aprobación, el periodista de grata memoria para los costarricenses, José Angel Zeledón, redactor de «La Prensa Libre», fue a visitar al sabio don Elías Jiménez Rojas, y en su propia Botica de «La Dolorosa» le hizo algunas preguntas al respecto, las cuales fueron contestadas así:
«Siendo el hombre por naturaleza un ser social, la soltería o el celibato, como quiera decirse, es un estado biológicamente anormal. Debidamente nadie se queda soltero por puro gusto. Se necesita de veras ser muy mentecato para hablar de la soltería como de un pecado o de una falta. En un país pacífico como Costa Rica, ¿por qué copiar los códigos de pueblos que ante todo quieran aumentar su carne para cañón? Por lo tanto, debería crearse el impuesto a los solteros para el bien de la República».
Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora.
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