En el Despacho de la Presidencia de la República se encontraba conversando con el Jefe del Estado el Ingeniero don Salvador Castro Bustamante.
Miembros de una Junta Electoral de un pueblo del sur llegaron a la Casa Presidencial a decirle al Licenciado Jiménez Oreamuno que habían recibido su telegrama contestando a una consulta de la Junta y que sus recomendaciones habían resultado negativas. Culpaban al señor Presidente Jiménez del fracaso porque no habían entendido bien el telegrama.
Entonces, aquella figura patriarcal de don Ricardo, dirigiéndose al señor Castro Bustamante, le dice:
«Ya ve usted don Salvador. No hay cosa más sabrosa que rascarse la nigua propia en petate ajeno!!!…
Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora.
Usado con permiso. Todos los derechos reservados.