Al día siguiente fue a recogerlo.
El encargado de la guardarropía, Manuel Antonio Castro, le dijo:
«Cholo: aquí está su abrigo!»
Miguel Angel Obregón tomó la prenda y empezó a mirarla y a remirarla; a darle vueltas y más vueltas. Viendo esto Castrito, le dice:
«Cholo, le aseguro que es suyo». El genial humorista le responde:
-«Sí Castrito, tiene usted razón, pero tenía la esperanza de llevarme otro que fuera más nuevo!!» …
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