Después de haber ejercido el poder durante cuatro años el Licenciado don Ricardo Jiménez Oreamuno se presentó acompañado de su estimable señora esposa, un primero de enero, a la Plaza de Toros ubicada en la Plaza González Víquez, con el propósito de asistir a la corrida de gala.
Uno de los empleados del tablado del comerciante don Tomás Fernández le ofrece al gran político cartaginés asientos de primera fila a ₡ 25.00 cada silla.
Don Ricardo, al agradecer al empleado su atención, le dice:
—»¿Por qué están cobrando tan caro?» Y el empleado del tablado le contesta al instante: —»Porque queremos en el tablado solamente «gente bien».
El señor ex Presidente de la República se quedó un poco pensativo, y le replica:
—»¿Gente bien… tonta?»…