Cuando lo hicieron pasar al despacho privado del señor Presidente Jiménez, y ya colocado frente a la severa figura del Gran don Ricardo, el empleado público empezó a adularlo hablándole de lo inteligente y noble que había sido su señor padre, el Benemérito de la Patria don Jesús Jiménez; de lo brillante como orador y destacado escritor que había sido su hermano don Manuel de Jesús, y ya se disponía a seguir elogiando al resto de la familia, cuando el señor Presidente de la República le pregunta:
—»Dígame amigo: ¿qué puesto desempeña usted en mi Gobierno?*’
El visitante muy satisfecho y contento, creyendo que don Ricardo le iba a ofrecer un cargo más importante y mejor remunerado, le responde de inmediato: —»Músico de la Banda de Liberia!!!»… El Presidente Jiménez Oreamuno, sonriente y malicioso le contesta:
—»Entonces, lo dicho por usted ha sido pura música!!!»…