En una oportunidad en que las elecciones para elegir al Presidente de la República acababan de pasar, nuestro gran don Ricardo Jiménez Oreamuno, llamado cariñosamente «El Brujo del Irazú», al entrar a San Vicente de Moravia con su grupo de manifestantes, hubo unos disparos de revólver, y unos jóvenes asustadizos le dijeron:
—»Agáchese don Ricardo que están disparando!»…
Y aquel hombre, tres veces Presidente de la República de Costa Rica, con su parsimonia y serenidad acostumbradas, les respondió en forma terminante:
—»Amiguitos: ni ante el plomo hay que agacharse»…
Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora. Dibujantes: Noé Solano V., Alvaro García (Garlo) y Juan Manuel Sánchez. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.