Los desastres fueron muchos, contándose entre ellos la salida de madre del río Barranca que arrastró el puente que comunicaba a Esparta con Puntarenas.
Don Cleto al saber la noticia, se trasladó al lugar de los sucesos. Las gentes y las autoridades del lugar tendían con mil dificultades un cable de acero para instalar un andarivel. El señor Presidente de la República tenía todo empeño en trasladarse a Puntarenas; sus amigos le hacían ver los peligros que podría correr su persona, pero don Cleto insistía en su empeño y fue entonces cuando ordenó instalar una «tablita» al andarivel y que la aseguraran bien para sentarse en ella y pasar a la otra orilla del río. Mientras las gentes improvisaban el andarivel, aquella figura procera dijo:
—»Si me muero es sólo una vez. Lo que precisa es cumplir con nuestros deberes de gobernante y vigilar por el bienestar y la seguridad de nuestros gobernados»…
Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora. Dibujantes: Noé Solano V., Alvaro García (Garlo) y Juan Manuel Sánchez. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.