Anecdotario Nacional

EN SUS mocedades, el Ingeniero don Gonzalo Truque Gutiérrez desempeñó brillantemente cargos en el Poder Judicial. En alguna ocasión, siendo escribiente de uno de los juzgados de la ciudad de San José, se presentó un buen día un «picapleitero» (tinterillo), con un escrito dirigido al señor Juez Civil que al final decía poco más o menos: «Si la prueba aportada por mí no es suficiente, que venga Dios y lo grite».

El escrito en cuestión le fue pasado al escribiente Truque Gutiérrez para mejor proveer, quien al estudiarlo concienzudamente, redactó la siguiente resolución:

—»Visto el escrito anterior, cítase y emplázase en esta oficina a DIOS para que comparezca en esta oficina a rendir declaración. Nómbrase notificador ad-hoc a San Pedro y se le previene que señale iglesia en el centro de esta ciudad para oír notificaciones. Comuníquese este auto a «picapleitos»…

Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora. Ilustraciones de Noé Solano V., Álvaro García López (Garlo) y Juan Manuel Sánchez. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.