VENIA el Licenciado don Cleto González Víquez, Benemérito de la Patria, dos veces Presidente de la República, abogado e historiador, para su casa de habitación, bastante fatigado después de un intenso trabajo en su oficina, y al pasar por la residencia de una familia muy conocida y muy estimable, se encontró con un chiquillo que lo paró, y le dijo:
—»Por favor, señor, toque el timbre de esta casa».
Y el Licenciado González Víquez, aquel gran patricio y demócrata, por hacerle el favor al muchacho, alargó su mano y apretó el botón del timbre. Pero al soltarlo, oyó don Cleto al chiquillo que le decía a grandes voces:
—»AHORA CORRAMOS, DON CLETO»
Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora. Dibujante: Noé Solano V.
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