EMBROLLO ELECTORAL
EL día de las votaciones, don Adán se levantó extraordinariamente temprano, disponiéndose a ir a cumplir con su deber ciudadano de emitir su voto.Buscó la mesa que le asignaron para ese objeto y después de deambular por varias escuelas la encontró, debidamente ocupada ya desde muy temprano por el Presidente y sus miembros, todos conocidos y amigos de don Adán.
Todos se quedaron de una sola pieza, porque siendo don Adán un abogado tan experimentado y viejo, les soltó a boca de jarro la siguiente pregunta:
-Señores, ¿me pueden decir dónde BOTAN las mujeres?
-En cualquier mesa, como los hombres, don Adán, le contestaron.
-No hombre, si no es para VOTAR sino para BOTAR LA MIA.
Tomado del Anecdotario del Lic. Adán Acosta V.