INCOMIBLE
EN la casa de don Adán Acosta había una lora que hacía más daños que gracias, pues le gustaba comer madera y ya casi tenía destruido el marco de una ventana.Vea, don Adán, dijo la cocinera, por qué no vende esa lorita: se come la ventana y se tira al suelo y además se la va a comer el gato.
Don Adán le contestó:
-Dañina, sí es, pero el gato no se la comerá nunca.
-Por qué no, si a los gatos les gusta mucho comer toda clase de pajarracos.
-Sí, pero ésa no se la come todavía, NO VES QUE ESTA MUY VERDE.
Tomado del Anecdotario del Lic. Adán Acosta V.
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