SALUDO DIPLOMATICO
ERA don Adán Contralor General de la República, cuando un buen día se daba no sé en ocasión de qué, una recepción al Cuerpo Diplomático. Los personajes de importancia se iban presentando conforme hacían su ingreso al recinto de la Casa Amarilla.Cuenta el fotógrafo ROA, testigo de esta anécdota, que don Adán al ser presentado, daba la mano a todos los diplomáticos con gran cortesía, pero a los que NO HABLABAN ESPAÑOL les decía al estrechársela: «TOME LA SORTIJA, TOME LA SORTIJA, TOME LA SORTIJA». Y ellos contestaban muy ceremoniosamente creyendo que se trataba de una frase de estilo. Roa cuenta que tuvo que retirarse al interior a reírse de aquella salida tan singular.
Tomado del Anecdotario del Lic. Adán Acosta V.