CUESTION DE GUSTOS
TRANSCURRÍA el año 1915, en la Administración del Lic. don Alfredo González Flores. Como viejo amigo y compañero del modernizador gobernante, era yo asiduo visitante de la Casa Presidencial. Congeniábamos don Alfredo jovial, yo festivo. A ratos, nos juntábamos para olvidar los sinsabores de la vida. Con frecuencia nos acompañaban el preclaro e ingenioso Lic. don Nicolás Oreamuno Ortiz, vivaz talento siempre agudo y oportuno, y el no menos ilustre humorista Lic. don Manuel Echeverría y Aguilar.Durante una de aquellas agradables tertulias, acertó a llegar el simpático y muy estimable «machito» don Jorge Chittenden, amigo personal del Presidente y Gerente entonces de la Northern Railway Co. Fue recibido con cordial alegría y, al estrecharle la mano, le dijo don Alfredo:
Cuánto placer verlo por aquí, siéntese. ¿Cómo va esa salud?
Pues yo, muy mal. Me siento viejo, rendido, los años me afligen…
Yo para alentarlo, le aconsejé:
-Vea, «machito», no cumpla más años. Porque de cumplir años es que se hace uno viejo …
Y don Alfredo, muy serio y sentencioso, agregó:
Mr. Chittenden, la vejez del hombre es resistible, hay algo peor que ser viejo…
-¿…?-
Ser vieja…
Entonces, el «machito» Chittenden, para no ser menos, replicó:
Según sea la vieja…
Tomado del Anecdotario del Lic. Adán Acosta V.