Su elección para ocupar tan elevadísimo y dignísimo cargo dentro de nuestra Iglesia Católica, no solamente fue celebrada en Costa Rica sino en el resto de Centro Amér1ca.
A los pocos días de su consagración como Arzobispo, el siempre recordado caballero, gran político y diplomático cartaginés, Licenciado don Arturo Volio Jiménez, ferviente admirador de Monseñor Sanabria, le dijo:
—»Monseñor: todos estamos muy contentos de la elección recaída en vos, pero sin embargo, nos parece que sois demasiado joven».
Y aquella serena figura, con su dulce voz, le respondió a su amigo el Licenciado Volio:
—»No os preocupéis, falta es esa que iré enmendando cada día» …
Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora. Usado con autorización.