Anecdotario costarricense

Anecdotario

DESPUÉS de haber estado juntos libando copas en el conocido establecimiento «La Giralda», situado por los alrededores de la Iglesia de La Dolorosa, del recordado y popular Cascarilla, decidieron salir a dar un paseo nuestros intelectuales muy queridos, Miguel Angel Obregón «El Cholo» y Andrés Meza, conocido en el mundo de las letras con el nombre de «Domitilo Abarca».

Iban caminando sin rumbo ni dirección, cuando de pronto, a lo lejos, oyeron los ladridos de un enorme perro policía alemán.

El Cholo Obregón, más cauteloso que Domitilo Abarca, le dice:

—»Mejor será que tomemos otro camino Andrés.

Seguramente es un perro de esos bravos».

Andrés Meza, más sereno y menos nervioso que su amigo Obregón, le responde:

—»No hombre, no. Ya sabes Cholo que «perro que ladra no muerde’.

Entonces Miguel Angel, aquel gran humorista que era todo chispa, le contesta a Domitilo:

—»Bueno, eso lo sabemos nosotros, ¿pero, lo sabrá el perro?»

Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora. Usado con autorización.

Revise también

William Hayden

Síntomas de decadencia de nuestra democracia

La seriedad de la política en broma y con fisga William Hayden Quintero Que ilusos …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *