El General Tinoco, a quien sus familiares y amigos llamaban cariñosamente «Pelico», solicitó entonces la ayuda de todos los señores ex Presidentes de la República para que redactasen el proyecto de ley. Todos acudieron, excepto don José Joaquín Rodríguez, por estar muy viejo ya, y don Ricardo Jiménez Oreamuno, por no estar dispuesto a prestarse a los manejos del General Tinoco Granados.
En aquella ocasión, con su peculiar agilidad mental, argumentó el Licenciado Jiménez Oreamuno:
—»No quiero tener la menor injerencia en la política. Sigo el consejo que dio Dante Alighieri en el infierno:
«Mira y pasa». Llevo la vida de un «concho» y no deseo otra; cuido vacas, riego prados y aro la tierra. Creo que así sirvo de modo eficiente a mi país» …
(Sin embargo, una vez pasada la negra nube de la dictadura, nuevamente don Ricardo Jiménez volvió a la arena política).
Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora. Usado con autorización.