Para una Semana Santa, a los festejos religiosos de Puntarenas asistieron varias señoras de la provincia de Guanacaste; una de ellas no conocía el ferrocarril eléctrico, por lo que se encaminó a la estación a ver la llegada de los trenes de excursión.
Uno de esos trenes era manejado por don León Cortés, quien al descender de la máquina, la señora del cuento le preguntó:
—»¿Se corre algún peligro parándose en los rieles?»…
El Licenciado Cortés Castro le responde al instante:
—»No señora, a no ser que ponga usted el otro pie arriba, en el cable» …
Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora. Usado con autorización.