Una tarde de verano, paseaba el Profesor García Monge con su pequeño hijo Eugenio, el hoy tan querido y respetado doctor García Carrillo, y al pasar frente a una modesta casa campesina, por las afueras de la ciudad, le dijo el chiquillo a su padre, señalando una hermosa y locuaz lora que canturreaba balanceándose en su vara:
—»Papá. ¡Esa lora tiene los zapatos negros!» …
Don Joaquín, a la manera del pintor que incorpora a su cuadro los rápidos bosquejos del natural, citaba la ocurrencia del niño pocos días después, en su acostumbrada charla a los maestros sobre «Vitalidad e Imaginación del Lenguaje Infantil».
Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora. Usado con autorización.