PARES DE ZAPATOS
CUANDO yo estaba de embajador en Madrid, llegó a visitarme don Pepe y le pregunté si quería café o una copa de vino, y me respondió:-Desde luego que una copa de vino. Eso de que yo no tomo es un invento de Otilio Ulate para desprestigiarme.
Le serví, además, en un pequeño platito, unas almendras. De pronto noté que se estaba asfixiando. No podía respirar. Una cascarita de las almendras se le había quedado pegada y no la podía expulsar ni tragar. De inmediato salté, lo levanté de la silla, y haciéndole presión fuerte desde atrás, sobre el estómago, logré que la tirara. Se quedó un rato sin hablar, pálido, como con un ligero desmayo. Yo estaba sentado al frente, mirándolo con preocupación. De pronto me preguntó: ¿cuántos pares de zapatos tiene usted?
-¿Cómo dice?, le respondí sorprendido.
-¿Qué cuántos pares de zapatos tiene usted?
-Tres, le dije casi sin creer lo que me estaba preguntando.
Entonces me comentó: «pues le sobran a usted dos pares de zapatos. Nunca he entendido para qué una persona quiere mas de un par de zapatos».
Anécdotas del escritor, periodista, abogado, ex ministro, ex diputado y ex embajador Enrique Obregón, originalmente publicadas en una edición especial de la revista Ventanario sobre el centenario de don Pepe.
Tomado del Anecdotario del elespiritudel48.org