EL GENERAL VOLIO
UN día quedaron de encontrarse don Pepe y doña Marina Volio, hija del legendario General Jorge Volio en La Lucha, debido a que ella requería algunos datos de él para una investigación que realizaba. Doña Marina se trasladó en su vehículo a la Zona de los Santos. Al llegar, preguntó por don Pepe y un trabajador le dijo que posiblemente se encontraba en alguna de las plantas procesadoras de la fibra de la cabuya, que se hallaban en el bajo.Al acercarse a una de las fábricas, pudo ver al propio Presidente Figueres todo cubierto de aceite, mientras trataba de arreglar algún desperfecto. Ella siempre había creído que lo que se decía de esas aficiones de don Pepe era pura demagogia.
Al notar su presencia, don Pepe salió a recibirla, la paso adelante y la llevó a su casa, donde les habían preparado un almuercito.
Don Pepe habló con largueza y entusiasmo del General Volio, y confesó que fue uno de sus más grandes inspiradores para llevar adelante la reforma social y económica en que estaba empeñado.
Después de escucharlo, doña Marina le reclamó porque, a pesar de que decía que admiraba a su padre, durante sus gobiernos y a partir de 1948 se le había perseguido muchísimo.
-Usted perdone, Marinita, por lo que voy a decirle, pero eso que usted me reclama es cierto, y se debió a que su padre era el único mariachi que tenía los güevos bien puestos.
Anécdota de José Rafael Cordero Croceri
Tomado del Anecdotario del elespiritudel48.org