Abogado de nota, diplomático de alto coturno, el Licenciado Pacheco Cabezas ocupó las más altas posiciones oficiales contándose entre ellas los Ministerios de Educación y Relaciones Exteriores. Amigo del concepto claro y de la frase limpia, don Leónidas fue dirigente de un partido que presidía el recordado médico y gran ciudadano, Doctor Carlos Duran Cartín.
Nos contaba el genial caricaturista ya fallecido, Paco Hernández, que un día, precisamente frente al edificio que ocupa actualmente «La Nación», lo detuvo el Licenciado Pacheco para decirle:
—»Paco, estoy muy resentido con usted». El caricaturista Hernández, muy sorprendido, le contesta:
—»¿Por qué, don Leónidas? Hace bastante tiempo que no me meto con usted!!»
Y aquella figura interesante, de verbo candente, cuya voz retumbaba a manera de trueno en el hemiciclo de la Cámara de Diputados y en las tribunas públicas, le responde al instante:
—»Pues precisamente por eso Paco. A nosotros los políticos no nos conviene que nos olviden»…