Alemania llora a la leyenda del fútbol Franz Beckenbauer

dpa
ARCHIVO – El presidente de honor del Bayern Múnich, Franz Beckenbauer, camina en la cancha en la antesala de un partido de la Bundesliga alemana entre el Bayern Múnich y el Hannover en el Allianz Arena. Foto: Andreas Gebert/dpa

Berlín, 9 ene (dpa) – Alemania está de luto por la muerte de Franz Beckenbauer, ganador del Mundial como capitán y como entrenador, y considerado una de las leyendas del fútbol mundial.

La familia de Beckenbauer informó el lunes a dpa de que había fallecido la víspera a los 78 años. Conocido como «Der Kaiser» (El Emperador), logró el éxito con la selección alemana y ganó innumerables títulos con su club de toda la vida, el Bayern Múnich.

El Bayern declaró que su mundo se ha vuelto «más oscuro, más silencioso, más pobre» tras la muerte de su icono, hablando del «‘Kaiser’ único, sin el cual el Bayern nunca se habría convertido en el club que es hoy».

La declaración se produjo después del anuncio de la familia: «Con profunda tristeza les informamos que mi marido y nuestro padre Franz Beckenbauer falleció ayer domingo en paz, rodeado de su familia. Les pedimos que guarden luto en silencio y se abstengan de hacer preguntas».

El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, declaró: «Perdemos al representante más conocido y popular del deporte alemán en el mundo».

El canciller de Alemania, Olaf Scholz, dijo en la plataforma X (antes conocida como Twitter): «Franz Beckenbauer fue uno de los mejores futbolistas de Alemania y para muchos ‘Der Kaiser’, también porque inspiró entusiasmo por el fútbol alemán durante generaciones».

Para el presidente de la Federación Alemana de Fútbol (DFB), Bernd Neuendorf, la muerte de Beckenbauer fue «un verdadero punto de inflexión». Y añadió: «Franz Beckenbauer deja tras de sí un gran legado para la DFB y el fútbol en su conjunto».

Fue la mayor figura que «ha dado el fútbol alemán», escribió en la plataforma X el campeón del mundo Philipp Lahm, quien fue el capitán de la Alemania que conquistó el Mundial de Brasil 2014. Añadió que Beckenbauer, como jugador, fue «un adelantado a su tiempo».

Su compañero de selección Bastian Schweinsteiger escribió: «Gracias por todo, Kaiser, ¡nunca te olvidaré! Descansa en paz, Franz».

Lahm, director de la Eurocopa 2024, que se celebrará el próximo verano europeo en Alemania, también recordó los logros de Beckenbauer al frente del comité organizador del Mundial de Alemania 2006. «Enseñó a una nación autocrítica a gustarse de nuevo a sí misma», escribió Lahm, que, como Beckenbauer, es capitán de honor de la DFB.

Por su parte, Lothar Matthäus, capitán de la selección campeona del mundo en 1990 con Beckenbauer, declaró al diario «Bild»: «Franz era una personalidad excepcional, no solo en el fútbol, y gozaba de reconocimiento mundial. Todos los que le conocieron saben lo grandioso y generoso que era Franz. Nos ha dejado un buen amigo».

Jürgen Klinsmann, compañero de Matthäus en el Mundial de 1990, publicó en X: «Querido Franz, te estamos eternamente agradecidos por todo lo que has hecho por nosotros y por el fútbol». Y añadió: «Como jugador, como jefe de equipo, como presidente, como un gran modelo a seguir con tu encanto único, tu ligereza y alegría por la vida. TE ECHAMOS DE MENOS».

También se pronunció el actual seleccionador de Alemania, Julian Nagelsmann: «Cuando Franz Beckenbauer entraba en una habitación, la habitación se iluminaba».

Beckenbauer jugó junto a la leyenda brasileña Pelé en el Cosmos de Nueva York, para regresar a Alemania y jugar dos años en el Hamburgo, antes de poner fin a su carrera como futbolista tras otro breve paso por el Cosmos en 1983.

Un año después se convirtió en seleccionador de Alemania y, tras perder la final del Mundial de 1986 contra la Argentina de Diego Armando Maradona, levantó la copa del mundo en 1990 tras vencer esta vez a los sudamericanos.

Beckenbauer fue brevemente entrenador del Bayern en dos ocasiones en la década de 1990, presidente del club entre 1994 y 2009, y cabeza visible del comité organizador del Mundial de Alemania 2006.

Sin embargo, unos pagos dudosos en relación con el torneo, que nunca fueron aclarados del todo, mancharon su imagen en sus últimos años, al igual que unas polémicas declaraciones sobre la situación de los trabajadores inmigrantes en Catar, país anfitrión del Mundial 2022.

Andreas Brehme, que convirtió el penal que dio la victoria a Alemania en la final del Mundial de 1990, evocó su figura. «Creo que formará un triángulo mágico en el cielo con Pelé y Maradona», dijo a dpa.

Entretanto, Karl-Heinz Rummenigge, que jugó con Beckenbauer en el Bayern y posteriormente fue director general del club, declaró hoy al diario «Bild» que el Bayern le debe a su icono una digna despedida.

«Todo el mundo del fútbol y más allá está de luto por nuestro amigo Franz. El Bayern debería organizar un funeral para él en el estadio, que nunca habría existido sin él», propuso.

Según Bild, Rummenigge habló de un posible funeral en el Allianz Arena con otro gran exjugador del Bayern, Uli Hoeness. El estadio tiene capacidad para 75.024 espectadores.

¿Por qué llamaban Kaiser a Beckenbauer?

Alemania no tiene emperador desde 1918. El último Kaiser (germanización del vocablo latín «caesar»), Guillermo II, fue obligado a abdicar meses después del fin de la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, los alemanes tuvieron más de 40 años a un Kaiser elegido por ellos, el ídolo del fútbol Franz Beckenbauer.

La hinchada y los medios le confirieron el máximo título nobiliario al líbero del Bayern Múnich y de la selección alemana en la década de 1960. Cuenta la leyenda popular que con motivo de un partido amistoso en Viena, el muniqués posó para una foto junto a una estatua del emperador Francisco I de Austria (Kaiser Franz) y por ello recibió este mote.

Beckenbauer solía contar esta historia, pero también hay otra que podría ser igual de factible. En una final de Copa Alemana, en el año 1969, fue abucheado por una falta al rival del Schalke Stan Libuda, a quien todos llamaban «Rey de Westfalia».

Beckenbauer no se dejó amedrentar y se puso a hacer malabares con el balón delante de la tribuna del Schalke. Los comentaristas buscaron un superlativo a «rey» y acuñaron el apodo de «Kaiser».

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