Juan del Camino
De verdad, ese señor se la fumó. Casi me lo imagino escribiendo esto con una pluma de oro, lágrimas en los ojos y el himno nacional sonando de fondo. O sea, ¿en serio? ¿sacrificio, valentía, lucha contra el mal, un país en ruinas que necesitaba a dos mártires para salvarlo? ¡Ni en las películas de Marvel hay tanto dramatismo! Y eso que ahí resucitan gente cada rato.
Según el artículo de Espinoza, Costa Rica estaba en las últimas, casi que haciendo fila para entrar al infierno, y ¡pum! llegan estos dos ángeles caídos del cielo (uno de Perú y otro del Banco Mundial, ni más ni menos) a iluminarnos el camino. “Sin partido, sin contactos, sin experiencia política”… pero con un equipo de campaña bien aceitadito, una narrativa de outsider calculadísima y un discurso que, vean ustedes, todavía tiene a algunos echándoles incienso.
Y la fisga con la prensa… eso sí me dio risa. O sea, todos sabemos que la prensa tiene su agenda y que en Costa Rica hay medios con intereses, pero hacerlos ver como los Sith de esta historia mientras Rodrigo y Pilar son los Jedi, parodiando las películas de La Guerra de las Galaxias, que luchan contra la corrupción es un nivel de fanatismo que no me esperaba. ¡Dichosamente en este país todavía nos dejan reírnos de estas cosas!
Y eso de como economista del Banco Mundial, Rodrigo “se echó la «caja de herramientas» al hombro y se fue 30 años a rodar mundo con la misión de llevar progreso a decenas de pueblos en crisis, pero sin olvidarse nunca del suyo”, eso ni Espinoza se lo cree.
Pero lo mejor es cuando dice que “fue cuando Pilar y Rodrigo, sin partido, sin contactos, sin experiencia política y sin más recursos que su genuino deseo de servir a la patria, les enviaron un mensaje a los costarricenses ofreciéndose ponerle el pecho a las balas, pero también disparar las suyas”, y digo yo, será que tienen algún superpoder a lo Marvel que no conocemos? Pero ni Pilar ni Rodrigo son superhéroes, más bien todo lo contrario. Lo que pasa es que la gente se tragó sus mentiras y sus poses.
Así que nada, que siga Espinoza dándole con el guion, que si Hollywood no lo pesca, fijo Netflix le saca una miniserie. “Chaves y Cisneros: la saga del cambio”. Solo que les voy advirtiendo… a como están las cosas, al final de la temporada hay giros de trama que ni usted se espera. ¡Apostemos!
Eso sí, si alguna vez se hace la película o la serie, no competirá para los Oscar o los Emmys, más bien será para los premios Razzie, que se trata de una parodia que reconoce a las peores películas, actores y guiones del cine de cada año.