Por Wilhelm Pischke (dpa)
Grünheide (Alemania), 27 ago (dpa) – Activistas medioambientales ocupan desde hace seis meses un bosque cercano a la fábrica alemana de Tesla en Grünheide, cerca de Berlín, para evitar la expansión de la planta de coches eléctricos.
Aunque la situación está en calma, se avecinan problemas ante su resistencia a ceder en su lucha.
El pequeño campamento de protesta solo es vagamente reconocible desde la carretera, pero lo que comenzó con unas pocas tiendas de campaña y casas en los árboles, se convirtió entretanto en un pequeña comunidad forestal. Unas 20 casas en los árboles ofrecen refugio a los activistas por la noche, y además, hay talleres, baños, un mercado y una zona para prácticas de escalada.
Desde el 27 de febrero los activistas protestan contra la expansión planificada de Tesla en el estado federado de Brandeburgo, en el noreste de Alemania.
Aunque la ocupación fue variando con el tiempo, según una portavoz de la iniciativa «Stop Tesla», alrededor de 20 personas permanecen activamente en el campamento y planean resistir incluso durante el invierno.
Las autoridades pensaron en desmantelar el campamento tras una serie de tumultos en mayo, que requirieron la intervención policial. Actualmente la situación permanece sin mayores incidentes.
Los activistas se oponen a la construcción de una estación de carga de mercancías y áreas logísticas, que requerirían la tala de más bosques. También la mayoría de los habitantes de Grünheide se manifestaron en contra de la ampliación, tras lo cual se ajustaron los planes para reducir el impacto en el área forestal.
Por su parte, el Ministerio regional de Economía de Brandeburgo expresó su preocupación por las protestas y argumentó que acciones como ésta «seguramente no favorecen a Alemania como centro económico».
«La comunidad aprobó la nueva versión del plan de desarrollo con una sólida mayoría. Por lo tanto, el Ministerio de Economía no tiene grandes preocupaciones en este momento», señaló una portavoz ministerial.
En tanto, el fabricante de automóviles eléctricos muestra un perfil bajo respecto al campamento de protesta, y según los ocupantes del bosque no hay ningún contacto entre ellos y la empresa.
Sin embargo, el director de la planta, André Thierig, se muestra crítico con las protestas. «Aquí fabricamos coches eléctricos, no somos una refinería de petróleo ni nada parecido», declaró a dpa.
Tesla mantiene su intención de expandir la producción y ampliar sus instalaciones, pero está a la espera de un aumento en la demanda.
Por su lado, los activistas consideran un éxito el hecho de que Tesla haya frenado la ampliación. Según la portavoz de «Stop Tesla», la tendencia de las ventas en Tesla es una «clara señal de que Elon Musk y Tesla ya no son percibidos por la gente como un proyecto emblemático».
Antes de que Tesla pueda seguir adelante con la ampliación del emplazamiento, la administración forestal regional deberá vender a la empresa los terrenos correspondientes.
«La venta de los terrenos, que son propiedad de la empresa forestal estatal, requiere la aprobación de la comisión especializada del Parlamento regional», dijo la portavoz del Ministerio de Economía.
Si la venta del terreno parece inminente, la protesta podría estallar de nuevo y entrar en una «fase caliente», subrayó la portavoz de los activistas, en referencia a las protestas de mayo cuando un grupo de ellos intentó irrumpir en la fábrica.