Anecdotario Nacional

Anecdotario Nacional

CUANDO se acercaba una elección presidencial, los políticos se dirigían a la oficina del Licenciado don Andrés Venegas García para abordarlo y preguntarle por su color político. Pero este caballero de grata recordación no soltaba prenda y se concretaba a responder que él tenía su “gallo tapado”.

En cierta oportunidad, el Licenciado don Cleto González Víquez, invitó a don Andrés a pasar a su casa de Barba un día de campo.

Llegada la hora de la comida, una de las empleadas del servicio doméstico, que atendía en forma muy especial y solicita a don Andrés, le dice:

—“¿Para usted chocolate también?. Voy a decir que le sirvan un pocillo”.

Y el Licenciado Venegas muy alarmado, contestó:

—”¿Cómo un pocillo? ¡¡¡Por Dios no tanto!!!… CON UNA TACITA TENGO”.

Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora. Dibujante: Noé Solano V.
Usado con permiso. Todos los derechos reservados.

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3 comentarios

  1. Gerardo Arias Rojas

    GOTAS DEL PASADO
    En el año 1950, mi padre memo Arias instaló lo que sería le segunda pulpería que existió en Buena Vista.
    Cuando comenzaron a salir los radios Zenit, que parecían un cofrecito ovalado, color café, y alimentados por una batería seca, marca Everedy, color roja con el logotipo de un gato atravesando un nueve y que pesaban unas 30 libras.
    Mi padre llevó el primer radio a Buena Vista de San Carlos.
    Cuando los vecinos llegaban a la pulpería y lo oían, pedían explicaciones de qué era eso. Por más que se les trataba de explicar, salían incrédulos y asustados, porque lo oían y veían como asunto de brujería, dijeron que papá tenía un pacto con satanás. Por la religiosidad de estos vecinos comenzaron a no volver a la pulpería, por lo que el negocio comenzó para atrás, para atrás. Hasta que papá quito el artefacto “satánico” y se lo llevó para la casa. Todo volvió a la normalidad

  2. Gerardo Arias Rojas

    GOTAS DEL PASADO
    No me ubico en el tiempo, pero creo al final de la década de los 40 e inicio de los 50, se instaló en Buena Vista la primera oficina de “Correos y Telégrafos”. En este caso la asistían a 4 funcionarios bien definidos: El o la telegrafista, el Mensajero, el Guarda Líneas y El Correo: El funcionario que hacía el correo en este caso se llamaba Guillermo Murillo (q.d.D.g.). Su trabajo consistía en ir a caballo todos los días laborales de Buena Vista de San Carlos hasta Zapote de Alfaro Ruiz, a recoger correspondencia, periódicos y otros menesteres. Que venía en un saco de lona blanco con una franja al centro con los colores de nuestra Bandera y cerrado con una cadena con candado. Don Guillermo que era un tipo mu servicial iba casa por casa preguntando si se les ofrecía mandar a traer algo a Zapote: Carne, telas, escobas, pastillas, alcanfor, pomada canaria, alcohol, gasillas, carne, yodo, sedarinas, orientales, zapatos, etc. Eran sus diarios encargos.
    Don Guillermo al pasar la última casa, que se denominaba la “Casa Grande” que se ubicaba en La Quina y que era donde vivía Barquerito, el administrador de esa finca. Como su caballo era sumamente manso y me imagino que aburrido de hacer todos los días el mismo viaje de unos 10 kilómetros. Don Guillermo le soltaba la rienda y aprovechaba para echarse un buen sueño. Todo lo tenía tan bien calculado que inmediatamente la bestia llegaba a la carretera asfaltada , don Guillermo se despertaba.
    Una vez llegó a Buena Vista un hombre muy bromista que le decía “Popo Salazar”. Este al darse cuenta de la costumbre de don Guillermo, un día se fue y lo esperó en el camino, se convenció de que iba bien dormido y le amarró su corcel a un poste de la cerca. Cuando don Guillermo se despertó

  3. Gerardo Arias Rojas

    Apenas había salido del pueblo. Ese día no hubo correo.

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