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El senador Bernie Sanders, que firmó un documento contra la prisión política de Lula, lanzó este sábado uno de los más importantes documentos políticos de las últimas décadas: el manifiesto que pide una Internacional Progresista. El objetivo es hacer frente a movimientos autoritarios, como el de Donald Trump, en Estados Unidos, pero también de Jair Bolsonaro, en Brasil, que siembran el odio y cultivan una agenda económica que beneficia a pocos billonarios, que ya controlan más de la mitad de la riqueza mundial. «Es hora de que los demócratas de todo el mundo formen una Internacional Progresista en interés de la mayoría de las personas en todos los continentes, en todos los países», dice.
Lea la totalidad del documento:
Por Bernie Sanders
Está en curso una lucha global que tiene enormes consecuencias. Lo que está en juego es nada más, nada menos que el futuro del planeta, económicamente, socialmente y ambientalmente.
En un momento de enorme riqueza y desigualdad de ingresos, cuando el 1% del mundo ahora tiene más riqueza que el 99% restante, estamos viendo el surgimiento de un nuevo eje autoritario.
Aunque estos regímenes pueden diferir en algunos aspectos, comparten atributos clave: hostilidad a las normas democráticas, antagonismo de la libertad de prensa, intolerancia hacia las minorías étnicas y religiosas y la creencia de que el gobierno debe beneficiarse a sí mismo y intereses financieros egoístas.
Los líderes de este eje autoritario también están profundamente ligados a una red de oligarcas multimillonarias que ven el mundo como su juguete económico.
Aquellos de nosotros que creen en la democracia, que creen que un gobierno debe rendir cuentas a su pueblo, deben entender el alcance de este desafío, si queremos afrontarlo de forma eficaz.
Debe quedar claro ahora que Donald Trump y el movimiento de derecha que lo apoya no son un fenómeno exclusivo de Estados Unidos. En todo el mundo, en Europa, Rusia, Oriente Medio, Asia y otros lugares, estamos presenciando movimientos dirigidos por demagogos que explotan miedos, prejuicios y quejas de las personas para alcanzar y mantener el poder.
Esta tendencia ciertamente no comenzó con Trump, pero no hay duda de que los líderes autoritarios de todo el mundo se inspiraron en el hecho de que el más antiguo y más poderoso líder demócrata del mundo parece deleitarse con la destrucción de las normas democráticas.
Hace tres años, ¿quién habría imaginado que Estados Unidos permanecería neutral entre Canadá, nuestro vecino democrático y el segundo mayor socio comercial, y Arabia Saudita, un estado cliente monárquico que trata a las mujeres como ciudadanos de tercera clase? También es difícil imaginar que el gobierno de Netanyahu en Israel habría aprobado la reciente «ley del estado-nación», que básicamente codifica el status de segunda clase de los ciudadanos no judíos de Israel, si Benjamin Netanyahu no supiera que Trump estaría a su lado .
Todo esto no es exactamente un secreto. Con los Estados Unidos alejándose cada vez más de nuestros aliados democráticos de larga data, el embajador estadounidense en Alemania ha dejado claro recientemente el apoyo del gobierno Trump a los partidos extremistas de derecha en toda Europa.
Además de hostilidad de Trump a las instituciones democráticas, tenemos un presidente multimillonario, de forma inédita, que ha descaradamente defendido sus propios intereses económicos y los de sus comparsas en las políticas gubernamentales.
Otros estados autoritarios están mucho más avanzados a lo largo de este proceso cleptocrático. En Rusia, es imposible decir dónde terminan las decisiones del gobierno y los intereses de Vladimir Putin y su círculo de oligarcas. Ellos operan como una unidad. De la misma forma, en Arabia Saudita, no hay debate sobre la separación, porque los recursos naturales del estado, valorados en billones de dólares, pertenecen a la familia real saudita. En Hungría, el líder autoritario de extrema derecha Viktor Orbán se une abiertamente a Putin en Rusia. En China, un círculo interno liderado por Xi Jinping consolidó el poder de forma constante, tomando medidas drásticas contra la libertad política interna mientras promovió agresivamente una versión del capitalismo autoritario en el exterior.
Debemos aprovechar la oportunidad para conceptualizar un orden global genuinamente progresista basado en la solidaridad humana, un orden que reconozca que cada persona en este planeta comparte una humanidad común, que todos queremos que nuestros hijos crezcan sanos, tengan una buena educación, tengan empleos decente, beban agua limpiar, respirar aire puro y vivir en paz.
Nuestro trabajo es alcanzar a personas de todos los rincones del mundo que compartan esos valores y luchen por un mundo mejor.
En una época de explosión de riqueza y tecnología, tenemos el potencial de crear una vida decente para todas las personas. Nuestro trabajo es construir una humanidad común y hacer todo lo posible para oponernos a todas las fuerzas, poder gubernamental irresponsable o poder corporativo irresponsable, que intentan dividirse y confrontarse entre sí. Sabemos que estas fuerzas trabajan juntas a través de las fronteras. Debemos hacer lo mismo.
Más recientemente, los fanáticos de derecha xenofóbicos también formaron su propia Internacional Nacionalista, colocando a personas orgullosas contra otras para controlar su riqueza y política.
Es hora de que los demócratas de todo el mundo formen una Internacional Progresista en interés de la mayoría de las personas en todos los continentes en todos los países.
Nuestra Internacional Progresista debe liderar una visión de prosperidad verde y compartida que el ingenio humano es capaz de proporcionar, siempre y cuando la democracia tenga la oportunidad de hacerla posible.
Para ello, necesitamos hacer más de una campaña juntos. Vamos a formar un consejo común que elabore un plan común para un New Deal internacional, un nuevo Bretton Woods (resoluciones de la conferencia monetaria y financiera de las Naciones Unidas), progresista.
Texto publicado en The Guardian
https://www.brasil247.com/pt/247/mundo/368907/Sanders-que-apoia-Lula-lan%C3%A7a-a-Internacional-Progressista.htm
