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Carlos Revilla Maroto
En el sector sur de San José, cerca de la estación de buses que cubre la ruta hacia Puntarenas y San Ramón —entre otras—, en su costado sur, en avenida 12, después de la calle 12 y hasta la 16, existe una plazoleta, que llama mucho la atención porque tiene forma de lengüeta. Como es una ruta de paso muy usada para enrumbarse hacia avenida 8 y salir al barrio don Bosco, Paseo Colón, La Pitahaya y el sector de la Sabana, uno pasa mucho por ahí en carro cuando viene por ese sector.Siempre sentí la curiosidad de conocer de quien era el busto que está en esa plazoleta, y entonces ahora que estoy en estas andanzas de visitar las plazas y parques de San José, me propuse visitarla.
La plazoleta es muy pequeña, y como ya dije tipo lengüeta; al estilo moderno, es decir sin áreas verdes, solo algunas partes tipo jardín. El busto es de Antonio Maceo, uno de los héroes de la independencia cubana. El pedestal tiene grabado su nombre de forma vertical, aunque cometieron el error de hacerlo, seguramente en bronce, por su apodo de “El Titán de Bronce”, por lo que terminaron robándoselo; por suerte conseguí en el Internet una imagen con el nombre original intacto, que se puede apreciar en la galería.
Hay una placa, que curiosamente está en el suelo, al pie del busto, algo que no es lo usual, no las he visto así en ningún otro lugar; supongo que la razón fue para poder acomodar sin problemas el nombre en el pedestal. Su texto es el siguiente:
General Antonio Maceo
(1854 – 1896)
Héroe de la independencia de Cuba
residió en Costa Rica 4 de sus últimos 6 años de vida
Fundó la comunidad de Mansión de Nicoya.
José Martí lo visitó aquí dos veces, partió de
Limón el 25 de marzo de 1895, en la primera
expedición militar libertadora.
Este busto es obra del escultor Alberto Lescay
fue donada por el Ministerio de Cultura
al pueblo y la Municipalidad de San José.
4 de diciembre 2012
Maceo es un personaje muy interesante. Fundó el poblado de “La Mansión” en Nicoya en 1891 para construir una colonia agrícola. Incluso en 1894, durante su estadía en el país, sufrió un intento de asesinato perpetrado por agentes españoles, al salir de una función en el Teatro Variedades. En vida recibió 26 balazos.
Para conocer un poco sobre el personaje, me encontré la siguiente reseña preparada por la presidencia de la República en el 2015, seguramente para algún acto de conmemoración, de los muchos que ha recibido.
Nació en Cuba el 14 de junio de 1845, y falleció en una batalla en la isla, el 7 de diciembre de 1896, a la edad de 51 años. Su padre era un mestizo venezolano, Marcos Maceo; su madre una mulata cubana liberta, Mariana Grajales.
Uno de los líderes más destacados de la independencia de América Latina del siglo XIX, conocido como el Titán de Bronce. Intervino en más de 600 combates, y se le recuerda como soldado, estratega y pensador, inclaudicable luchador que enlazó y defendió siempre unidas las causas del ideal republicano y la lucha contra la esclavitud.
Ingresó al Ejercito Libertador Cubano, donde ascendió de sargento a Mayor General. Destacó por su valentía y por ser un estratega militar de los mambises (como se conocía a los independentistas cubanos), lo que le permitió imponerse en batallas donde sus rivales le superaban en proporción de cinco a uno.
Participó en la “Guerra de los Diez Años” (1866 a 1876) por la independencia de Cuba, con el encargo de dirigir la contienda en el extremo oriental de la isla. Rechazó la amnistía del Pacto de Zanjón con que terminó esta guerra.
De 1884 a 1890 intentó organizar nuevos alzamientos que no se concretaron, por lo que las autoridades españolas lo expulsaron de Cuba en 1890.
Fue a vivir a Haití y a Costa Rica, a Guanacaste, desde 1891, con el propósito de construir una colonia agrícola de cubanos. Aquí fundó el poblado La Mansión de Nicoya, tras firmar un acuerdo con el gobierno del presidente José Joaquín Rodríguez.
Él, comprende la urgente necesidad de concebir nuevas condiciones económicas, políticas y sociales para resolver el problema de la independencia de Cuba. Para esto debía crearse una base económica productiva, que favoreciera las decenas de cubanos diseminados por el Caribe, Centroamérica, México y los Estados Unidos. Hacia eso encamina sus pasos, para reincorporarlos a la lucha independentista. Se decide por Centroamérica, donde se desarrolla una política de fomento agrícola y escogió Costa Rica.
Aquí lo contactó José Martí para iniciar la guerra del 1895, llamada por él la “Guerra Necesaria”. Tuvo una breve pero intensa correspondencia con Martí, en la que ambos externaron sus criterios sobre revolución y gobierno. Con Martí tuvo constantes diferencias, que los llevaron a fuertes discusiones, a pesar de que los unía la causa independentista.
La Mansión de Nicoya quedo impregnada para siempre en José Martí, como un modelo de organización de trabajo. Era como una pequeña república, sin distinciones por el color de la piel o por la procedencia social; allí también se construyó una escuela para instruir y educar a los niños. Fue obra infatigable del General Antonio, llevaba el sello de su espíritu revolucionario, de sus cualidades de agricultor, de comerciante y revolucionario.
En 1896 Maceo participó en la invasión occidental de Cuba, que avanzó a pesar de enfrentar fuerzas superiores. Sin embargo, en diciembre de 1896, cuando buscaban cortar una cerca para continuar la marcha, fue atacado por una columna española y pereció en el combate.
Hay una historia muy interesante sobre un revólver que tenía Maceo cuando estuvo en el país, que nos cuenta mi buen amigo Mauricio Castro en su columna Desde La Mina titulada “Un revólver, Maceo, Costa Rica, Cuba y mi familia”, donde tenemos información más detallada de su estadía en el país.
La plazoleta fue remodelada a finales del 2012 en el marco del “Foro de Investigación historiográfica sobre latinoamericanidad y universalidad maceístas”, que se celebró en el país ese año.
El lugar quedó muy bonito, aunque está un poco descuidado. Para su iluminación tiene faroles estilo antiguo, que se ven muy bien. El busto de Maceo está bien destacado y cumple su propósito, lástima que la placa ya casi no pueda leerse. Por su ubicación, es refugio de indigentes y seguramente piedreros y borrachitos. Su entorno no tiene nada especial, salvo algunas casas y edificios viejos, pero nada para destacar.
Como de costumbre preparé una galería de imágenes, esta vez no tantas como en otras oportunidades, por lo pequeño que es el lugar. Incluyo imágenes del parque que también lleva su nombre en Mansión de Nicoya, donde se le rinde homenaje a él y sus progenitores. Si por algún motivo no pueden verla aquí, hice un álbum de Facebook.