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Desde La Mina
Mauricio Castro Salazar
mauricio.castro@costarricense.cr
Sin ser historiador y solamente con la intención de contextualizar lo que le quiero relatar, en mi casa en La Mina, en Santa Ana, recopilé alguna información de algunos libros, artículos y varios sitios web y otra proveniente del recuerdo de las historias orales familiares, las puse juntas con mi lápiz de ingeniero y le cuento:
Antonio Maceo, “el titán de bronce”, nació en Santiago de Cuba, fue un hombre de tez morena y de 1,98 mt de estatura, vivió en Costa Rica unos años. El Gobierno de Costa Rica de entonces, presidido por José Joaquín Rodríguez (1890-1894), dio cobijo al General Maceo y a 100 de sus combatientes, entre varios, el General Flor Crombet. Todos eran combatientes por la independencia de Cuba.
La intención original de Maceo era vivir del lado del Caribe….por obvias razones el Gobierno Español presionó y el Gobierno -en esas medidas típicas ticas de quedar bien con todo el mundo- le dio unas tierras del lado del Pacífico en lo que se conocía como Nicoya Vieja, hoy La Mansión (dicen que la gente llamaba al lugar La Mansión de Maceo, y de ahí el nombre actual).
José Martí, héroe nacional de Cuba, visitó a Maceo en Costa Rica dos veces: una en junio de 1892 y otra en julio de 1894.
Posteriormente a la segunda visita de Martí, el 10 de noviembre de 1894, Maceo salía del teatro Variedades y cuando caminaba junto a varios de sus compatriotas sobre la avenida central, le hicieron un atentado —planeado por el Cónsul Español en Costa Rica— que se aprovechó del ánimo caldeado que tenían varios residentes españoles por unos artículos que se habían publicado en “La Prensa Libre” –misma vespertina que la actual- escritos por el cubano independentista Enrique Loynas del Castillo.
Muchos años después se descubrió en Madrid, en los archivos del ministerio encargado de las colonias, una instrucción de gastar dos balas para acabar con las revueltas en el Caribe, una para Máximo Gómez y otra para Antonio Maceo.
En el atentado hieren a Maceo en la espalda (una de las 26 balas que a lo largo de la lucha de independencia le metieron…) y muere un español Isidro Incera. Imagínese el San José de 1894 a las 10 de la noche, con gente saliendo de una función de teatro…. Llegó la policía y Maceo en un afán de demostrar que no fue él quien mató al español entregó su arma al jefe de policía Nazario Castro (mi bisabuelo).
En mi familia dicen que Maceo dijo: “tome mi arma, si no la independencia de Cuba se acaba…”
En esa misma noche se le hace un reporte al Presidente del momento, Rafael Yglesias (que había tomado posesión en mayo de ese mismo año 94), y el revólver queda desde entonces en manos de mi familia….
Loynas del Castillo, quien dijo que disparó y mató a Incera, sale de Costa Rica días después del atentado…
Hasta aquí el contexto, ahora mi historia…
Yo –siendo chiquillo- un día que estaba de “explorador de armarios y roperos” en la casa de mi abuela, nuera de Nazario Castro, me encontré un revólver, pregunté y me contaron la historia de Maceo…
Hace bastantes años le pregunté a mi abuela sobre el revólver, lo pidió y me lo dio para que no se perdiera y buscáramos la forma de devolverlo a los cubanos.
En algún momento traté de verificar la historia familiar, hasta fui a la biblioteca nacional a buscar periódicos de la época, pero estaba en remodelación y me pedían un carné de investigador…. dejé el asunto.
Hace unos cuatro años me prestaron un libro de Tatiana Lobo, “El año del laberinto”, que comentaba lo del atentado de Maceo y me calzó con la historia familiar, ahí sospeché que la historia familiar podía ser verdadera.
Posteriormente el historiador y amigo Raúl Arias Sánchez –él si tiene carné de investigador…— verificó y documentó nuestra historia familiar oral: encontró en los periódicos de la época lo del atentado y la presencia de la policía, la Smith and Wesson le confirmó que el revólver había sido fabricado en 1872 y puesto a la venta en 1880, que mi bisabuelo era mi bisabuelo y que había sido jefe de policía en 1894.
Hace unos dos años, por la intervención de un par de amigos cubano ticos -que son ticos de alma y corazón con sangre cubana- conocí al Coronel e historiador del Ejército Cubano -hoy en retiro- Hugo Crombet, nieto del General Flor Crombert –el mismo que vino a Costa Rica con Maceo- y de Elena Castillo, “la nicoyana”, y con él y con el Embajador de Costa Rica en La Habana se planeó la entrega del revólver a Cuba.
Para la entrega del revólver y para darle más realce, se calzó la fecha con una visita que tenían programada a Cuba varios funcionarios del Gobierno para coordinar aspectos bilaterales de interés para ambos países y de la futura presidencia de Costa Rica de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que exige que el presidente saliente, el del momento y el entrante (la troika) coordinen sus acciones para darle continuidad a la organización y no se interrumpa cuando cambia la presidencia pro-témpore de un país a otro.
Los bisnietos de don Nazario –nosotros- siempre quisimos cumplir la voluntad de mi abuela (devolver el revólver a Cuba) y nos dijimos que el revólver de Antonio Maceo debía ser para los cubanos algo parecido a la tea de Juan Santamaría para los ticos… y que a los ticos nos encantaría que la tea estuviera en Alajuela y no en otro lugar….y eso fue lo que hicimos, entregarlo al Alcalde de Santiago, cuna de Antonio Maceo.
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Muchas gracias Gerardo. Las abuelas siempre sabias. Ella siempre insistió en no era más que una simple depositaria y que se debía devolver. Fue lo que hicimos. Yo tambien estoy convencido que es un granito de arena en el mejoramiento de los vínculos entre nuestros países.