A la memoria de Carlitos Desanti Acosta

Alejandro González Jiménez
agonzalezj41@hotmail.com

Alejandro González

El Ministerio de Cultura y Juventud, y más aún, el sector Cultura y Juventud del país está de duelo, pues han partido a la morada eterna, en infortunada coincidencia, cuatro personas que le dieron un gran aporte al país: Irving Hoffman en la música, quien por muchos años fungió como Director de la Orquesta Sinfónica Nacional, Daniel Gallegos Troyo destacado en la literatura y el teatro, Miguel Salguero con su gran aporte en el folklor y sus vivencias de cada rincón del país, y Carlos Desanti Acosta con su apego entrañable a las juventudes.

Hoy hacemos especial mención a don Carlos Desanti Acosta, conocido por amigos, compañeros y allegados con el diminutivo cariñoso de Carlitos, y quien fungiera durante más de treinta años como Director Administrativo del Movimiento Nacional de Juventudes, actual Consejo Nacional de la Persona Joven. Desde esa posición y por su don de gentes tuvo la oportunidad de estar vinculado de manera muy particular con las juventudes a lo largo y ancho de Costa Rica. Ese compromiso llevó a los ex presidentes de la República, don Chico Orlich y don José Joaquín Trejos, a considerarlo como ejemplo de amor a las juventudes. Tal fue su relación con esta población que con frecuencia lo buscaban a él, rehuyendo una eventual burocracia, para obtener apoyo en la organización, por ejemplo, de un festival deportivo o cultural o de la canción que en múltiples comunidades del país se fomentaban; es así que por su oficina pasaron jóvenes de múltiples grupos juveniles; sin demeritar a tantos y tantos de ellos, confluyen a la memoria agrupaciones como Todos en Acción de Calle Blancos, ANCLA de Aguas Zarcas, Puma de Pérez Zeledón, Fuja de Paraíso de Cartago o jóvenes organizados en Santa Gertrudis de Grecia, en la Fila del Rosario de Desamparados, en Bajo Campos de Aserrí, en Vargas Araya de Montes de Oca, en Santa Rosa de Pocosol, en San Pedro de Barva, en San Isidro de Heredia, en Quepos, Puntarenas y Alajuela, en Río Oro de Nandayure, Nicoya y Cañas. A todas esas agrupaciones y comunidades, y muchas otras más, llegó Carlitos con su estímulo, su sonrisa y con alguna u otra solución a las necesidades inmediatas. Sin duda, muchas de aquellas personas jóvenes que abrazaron su amistad y compartieron con él sus actividades aparecen más tarde en Municipalidades, Cooperativas, Sindicatos, Asociaciones de Desarrollo e, incluso, en altos cargos de la Administración Pública.

El Movimiento Nacional de Juventudes tuvo durante muchos años, en varias etapas de su existencia, el apoyo y asesoría de Israel; tres asesores venidos de esas tierras se mencionan en estas líneas, dado su aporte al crecimiento del MNJ, dos de ellos ya fallecidos, Modechai Hatzor y Shmuel Bengal, se les podrá recordar por su agudeza, anécdotas, conocimiento e interés en la juventud del país; el otro es Abraham Hatzambri conocido como Mosca. Precisamente en esa relación con Israel, tuvo Carlitos la oportunidad de asistir a un curso que le permitió fortalecer su conocimiento en la atención y apoyo a las juventudes.

Se puede decir que no todo Carlitos partió a la Morada Eterna, puesto que su legado y memoria se quedaron acá y persistirán en los corazones de muchas de esas personas jóvenes que tuvieron oportunidad de conocerlo y de contar con su consejo. Carlitos, sin duda a sus 84 años, seguía siendo joven.

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