Desde mi perspectiva
José Francisco Bolaños Arquín
El 22 de setiembre se celebra el “Día Mundial Sin Carro” y en Costa Rica también se promueve y participa de esta excelente iniciativa. Nuestro país debe con urgencia resolver el problema del creciente caos vial principalmente en La Gran Área Metropolitana, motivo por el cual el éxito de esta actividad es muy reducido.
Tenemos un país que arrastra por décadas, gran incapacidad para generar nueva infraestructura carretera y un obsoleto transporte público, con una creciente flota vehicular de 55.000 autos en promedio por año y alrededor de 1.550.000 automotores que transitan por las mismas y estrechas calles.
De acuerdo con el Programa de Investigación en Desarrollo Urbano Sostenible de la Universidad de Costa Rica realizado en el 2015, las habituales presas, le cuestan al país la astronómica cifra de ₡55.000 mil millones de colones por año, o sea un 2.8% del PIB; lo que incide en un mayor gasto de combustible, aumento en el precio de bienes y servicios, afectación del medio ambiente, llegadas tardía al trabajo, a los centros de estudio, mala imagen al turismo, pérdida de negocios, accidentes, robos, violencia, dificultad para el traslado de ambulancias, bomberos y policías por nombrar algunos.
Alrededor de 1.000.000 personas utilizan a diario el transporte público para su traslado entre las provincias y cantones de la capital; unos 16.000 buses y unos 400.000 vehículos transitan por el centro de San José, provocando ese caos vial donde los ciudadanos requieren dos, tres y más horas al día para su movilización cotidiana.
Desde el 22 de setiembre y durante un mes el Instituto Nacional de Acueductos y Alcantarillados (AyA), está realizando la construcción del alcantarillado sanitario entre Santa Marta y Granadilla de Curridabat, por lo que la vía está cerrada y ha provocado un mayor caos vial de lo habitual en esta zona y sus alrededores. La rotonda de San Pedro (no es la única) es un verdadero embotellamiento que la ha convertido en tierra de nadie sobre todo en las horas pico; existe un irrespeto total, nadie respeta las señales de alto sobre todo los buses, que se atraviesan en medio de las intersecciones aunque no tengan opción de movimiento y los oficiales de tránsito brillan por su ausencia.
A esto le agregamos que también el AyA, en estos días y casi simultáneamente, inició una importante obra en Avenida Los Damos que pasa por la estación del Ferrocarril al Atlántico y la Biblioteca Nacional, lo que aumenta la cogestión vial. Se debe tomar en cuenta que unas calles aledañas al parque Nacional también están cerradas, todo esto por falta de planificación y coordinación y sobre todo en pleno invierno.
Hace unos días, me trasladaba de Barrio Escalante hacia los Yoses a salir a la calle principal de San Pedro por la Hyundai cerca de las 5:30 pm, se dio un choque en esa zona entre un automóvil y un bus. Una ruta sin opciones para buscar otra alternativa, por lo estuve encerrado como hora y media, sin poder moverme, de nuevo el irrespeto al semáforo se hizo latente, aquí tampoco había oficial de tránsito.
Como lo he comentado en otros artículos, el país requiere con urgencia de un tren rápido eléctrico, urbano y moderno, con una infraestructura ferroviaria de primer mundo para La Gran Área Metropolitana, tenemos un valioso derecho de vía entre Cartago – San José – Heredia y Alajuela. Este sistema ferroviario tiene un costo de $1.600 millones de dólares, en un país que presenta un creciente y peligroso déficit fiscal, considero que lo más conveniente es que se haga a través de una licitación por concesión de obra pública o una alianza público – privada, con participación de compañías especializadas o gobiernos amigos, que se encarguen de todos los procesos: estudios, financiamiento, construcción y operación por un determinado período y así poder contar con un sistema ferroviario moderno en el menor tiempo posible. Panamá se construyó un metro en unos dos años.
Ante esta grave situación, el Gobierno debe buscar una solución al caos vial y una de las medidas viables es implementar la sectorización para ordenar el transporte público, para lo cual se cuenta con los estudios respectivos, que consisten en dividir las zonas metropolitanas de San José, Heredia, Alajuela y Cartago en sectores, a fin de que cada una opere en su área geográfica definida técnicamente y faciliten el transbordo para los viajes en tren.
La inversión en infraestructura carretera ha quedado pendiente en las últimas décadas y se requiere con urgencia; sobre todo ahora con la enorme destrucción vial provocada por la tormenta tropical Nate, este evento superó al huracán Otto, que azotó violentamente el territorio en el 2016. Sin embargo, estos fenómenos han ocurrido y continuarán ocurriendo con mayor intensidad producto del cambio climático; como lo fueron el huracán Juana en 1988, César en 1996 y Tomás en 2010.
Así las cosas se requiere de tomar mayores medidas y preparación para los nuevos embates naturales, que con una muy buena planificación y concientización a la población y de ser necesario aplicar fuertes sanciones para los que tiran basura a los ríos y lotes baldíos, ya que estos desechos tienen su gran cuota de responsabilidad en las inundaciones y desbordamientos de los ríos que causan enormes daños a carreteras y puentes.
“Llegó el momento de tomar decisiones y de actuar, Costa Rica, en la actualidad, ocupa los últimos lugares en infraestructura carretera en América Latina y esto puede alejar en un futuro cercano tanto la Inversión Extranjera Directa (IED), así como el turismo; actividades que han mostrado un saldo positivo en los últimos años.”
Administrador de Negocios