Déficit fiscal y deuda, un problema en crecimiento

Dede mi perspectiva

José Francisco Bolaños Arquín

El Banco Central de Costa Rica y Fondo Monetario Internacional considera que para este 2017, el déficit fiscal será del 6,1% y para el 2018 el 6,6%. Nuestro país cerró en 2016 con un déficit del 5.2% del Producto Interno Bruto (PIB).

En los primeros cuatro meses de este 2017, los ingresos fueron $2.575, millones y los egresos de $3.559 millones de dólares, aumentando 7,2% y 9,3% con respecto al año anterior.

El presupuesto para este 2017 es de 8.9 billones de colones, con un aumento un 12% en relación con el 2016 y fue financiado con el 54% de ingresos corrientes y el 46% con préstamos internos y externos. Un presupuesto poco flexible donde el 95% está destinado a obligaciones: remuneraciones, transferencias corrientes y de capital, amortización, intereses y comisiones de la deuda y solamente un 5% se puede destinar de acuerdo con prioridades.

Nuestro país requiere de una moderna reforma fiscal que genere nuevos ingresos. Sin embargo, el problema continuará si no se logra una reestructuración y modernización del Estado y una disminución del gasto; donde se considere un ordenamiento del empleo público, pagos en asesorías, publicidad, pensiones de lujo con cargo al presupuesto, transferencias, exoneraciones que representan un 5% del PIB, pluses salariales abusivos y horas extras, elementos disparadores del gasto que requieren de atención y acciones inmediatas.

De acuerdo con datos suministrados por el Ministerio de Hacienda, la evasión fiscal es 8.2% del PIB, (algunos amigos economistas consideran que es inferior, que gira alrededor del 4 al 5%), relacionado con el impuesto de ventas y el impuesto sobre la renta.

Si tenemos un déficit fiscal en crecimiento, al igual que la deuda, que en la actualidad es 46%; lo cual presiona al alza las tasas de interés de los préstamos en colones, una disminución del acceso al crédito y la tendencia de convertir los ahorros en dólares, afectando el desarrollo económico.

El crecimiento de la producción para este 2017 será 4.1% señalado por la CEPAL. Sin embargo, se deben crear las condiciones para crecer entre el 7 y 8% en los próximos años y así generar mayor riqueza, disminuir la pobreza del 22% y generar empleo, cifras que se han mantenido muy estables y con leves variaciones en los últimos años. El sector informal ha venido en aumento, afectando unos 940.000 trabajadores, en donde un 45% de la fuerza laboral no encuentra trabajo, con el agravante que la mayoría son jóvenes y jefas de hogar y no cuenta con seguro social, en perjuicio de la CCSS y que para afiliarse les piden muchos requisitos

Ante esta situación, Moody”s entre otras calificadoras de riesgo, degradó la nota de Ba1 a Ba2 con perspectiva negativa; lo que implica conseguir préstamos a un menor plazo y mayores intereses.

Nuestro país ha contado en los últimos años con grandes ventajas; motivos que han incidido en el logro de una estabilidad relativa y baja inflación que a junio pasado es de 1.77%. A nivel mundial, han prevalecido bajas tasas de interés, con leves incrementos en este año. Además, los precios del petróleo y acero se han mantenido bajos y estables, situación que puede cambiar en cualquier momento.

Durante los años 2012 y 2015, el país colocó $1.000 millones de dólares por año de Eurobonos a inversionistas extranjeros, que ayudaron a solventar el déficit fiscal. Ante esta situación, era de suponer que el actual Gobierno tomara las medidas necesarias, ya que para el 2016 y siguientes años, necesariamente iba a disminuir la llegada de capitales y así evitar con tiempo, lo que estos días nos anuncia el señor Presidente Luis Guillermo Solís Rivera, que el Gobierno enfrenta dificultades para pagar obligaciones; noticia no muy positiva para el país, que es objeto de comentarios en los medios de comunicación nacionales y del mundo.

Tenemos que en el 2016, el BCCR vendió $786 millones y en los primeros seis meses de 2017, $969 millones de dólares. Ante esta situación, las reservas bajaron de $8.500 a $6.700 millones de dólares. El país no puede continuar perdiendo reservas con el propósito de mantener una baja inflación y una devaluación del colón con respecto al dólar.

En este proceso es vital administrar de la mejor manera el riesgo, interviniendo a tiempo el mercado cambiario, con el fin de evitar lo ocurrido en el mes de mayo pasado, donde en 22 días, el tipo de cambio promedio se incrementó en 29 colones.

Ante esta problemática, el Gobierno analiza la posibilidad de endeudarse en $1.000 millones de dólares con el Fondo Latinoamericano de Reservas para hacerle frente al déficit y a las deudas con acreedores internos y externos y así conservar la estabilidad en el corto plazo y evitar mayores problemas de liquidez. En el primer semestre de 2018, se vencen 647.000 millones de colones de deuda tanto en dólares como colones.

Costa Rica se encuentra en una situación de alto riesgo, con un déficit y una deuda en crecimiento, una economía cada vez más vulnerable y que de no tomarse las acciones correspondientes, podría ser catastrófico para el país en muy poco tiempo.

El Poder Ejecutivo, tiene en sus manos la responsabilidad de administrar con eficiencia los recursos y además, ejercer el liderazgo para buscar una negociación con el Congreso de la República, partidos políticos y con los distintos sectores con el fin de conseguir la mejor solución.

El pasado 27 de junio en la Asamblea Legislativa se firmó el Acuerdo Nacional por la Costa Rica del Bicentenario, en la que participaron nueve partidos políticos, con el fin de impulsar una serie de acuerdos y proyectos de ley, necesarios para facilitar un sólido desarrollo de nuestra economía; todos muy importantes, donde uno de ellos es precisamente el de Reforma Fiscal.

Administrador de Negocios