El legado de Gonzalo J. Facio Segreda

Vía costarricense

Johnny Soto Zúñiga

Johnny Soto Zúñig

El Dr. Gonzalo J. Facio Segreda nació en San José de Costa Rica el 28 de marzo de 1918. Cursó sus estudios primarios en la Escuela Pública Buenaventura Corrales y la secundaria la hizo en el Liceo de Costa Rica, se graduó de bachiller en Ciencias y Letras en diciembre de 1935. Luego ingresó a la Escuela de Derecho de la Universidad de Costa Rica y obtuvo el grado de Licenciado en Derecho con las más altas calificaciones en diciembre de 1941.Posteriormente hizo los estudios de post-graduado en la Universidad de New York, donde obtuvo el título de Master in Comparative Jurisprudence y de Doctor at Laws. Al regresar al país inicia su vida pública como uno de los fundadores del Centro Para el Estudio de Problemas Nacionales, donde fue editor y administrador de la Revista Surco, órgano semanal del Centro. Fue fundador del Partido Social- Demócrata, primero y posteriormente del Partido Liberación Nacional en 1951.

En 1948, en la Revolución que lidera el Caudillo José Figueres Ferrer; don Chalo como cariñosamente le llamaban sus amigos, se alista en las filas del Movimiento de Liberación Nacional; al igual como lo hicieron la mayoría de los miembros del Centro Para el Estudio de Problemas Nacionales; y es integrante del Estado Mayor. Posteriormente con el triunfo de la Revolución, fue miembro de la Junta Fundadora de la Segunda República (actualmente con 99 años es el único sobreviviente de la Junta de Facto) que gobernó el país durante 18 meses; entregando el poder en 1949 al Presidente electo Otilio Ulate Blanco. El Dr. Facio ejerció los Ministerios de Justicia, Relaciones Exteriores y Economía, sucesivamente. En 1953 fue electo diputado a la Asamblea Legislativa, la cual presidió por tres periodos consecutivos.

Concurrió como Jefe de la delegación de Costa Rica a la III Asamblea General de Naciones Unidas, y presidió las delegaciones de Costa Rica en 11 Asambleas Generales. También presidió las delegaciones de Costa Rica en muchas ocasiones a las Asambleas Ordinarias y Extraordinarias realizadas por la Organización de Estados Americanos (OEA) desde 1970. En tres ocasiones don Chalo representó al país como Embajador en Washington, EE.UU. (La última vez en el Gobierno de Calderón Fournier de 1990 a 1994). Esto denota que gobiernos no liberacionistas reconocieron su investidura y experiencia diplomática. Canciller de la República en dos oportunidades de 1970 a 1978 (durante los Gobiernos de Figueres Ferrer y Oduber Quirós respectivamente); y está considerado como uno de los mejores cancilleres que ha tenido el país; por el respeto de que goza a nivel internacional.

En la Administración Rodríguez Echeverría (1998-2002) ejerció el cargo de Embajador en México. Conferencista internacional destacado; tiene decenas de condecoraciones diplomáticas y participó en la discusión y promulgación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, con sede en París, Francia en 1948. Además para los años sesentas tuvo un protagonismo en el conflicto internacional entre EE.UU. y Cuba; cuando éste país se alineó a la URSS y se declaró bajo el sistema comunista; y todos los problemas y conflictos internacionales que se dieron en la época (La invasión a Bahía Cochinos, la crisis de los misiles, etc.). A nivel profesional primero con su primo el Lic. Rodrigo Facio Brenes fundaron el Bufete Facio y Facio; al año se convirtió en el Bufete Facio, Fournier y Cañas y finalmente se llamaría Bufete Facio y Cañas (que a la fecha existe y se ha convertido en un gran Bufete corporativo que ofrece sus servicios profesionales). Se casó en dos oportunidades y tuvo varios hijos.

En su libro: “Nuestra Voz en el mundo”, don Gonzalo desarrolla la evolución de nuestra política exterior y prácticamente afirma que es a partir de 1948 que se da un cambio sustancial en nuestras relaciones y participación internacionales. Escribe así: “El Movimiento de Liberación Nacional introdujo cambios decisivos en la política exterior de Costa Rica. Antes de la Revolución de 1948, nuestro país nunca había jugado papel de importancia en la política internacional. Históricamente, los gobiernos costarricenses se habían mantenido como simples espectadores de los grandes sucesos mundiales. Nuestros representantes a las conferencias internacionales preferían guardar un prudente silencio, colocándose en una posición automarginada. Se creía, en general, que nuestra pequeñez geográfica y de población nos condenaba a una pequeñez espiritual en la vida de relación entre Estados.

Con el triunfo del Movimiento de Liberación Nacional, Costa Rica comenzó a tener conciencia de que podía intervenir positivamente en los asuntos internacionales. Sin desconocer las limitaciones que nos impone nuestra pequeñez, tímidamente, al principio, y más agresivamente, después, comenzamos a hacer sentir el peso moral de una democracia política reconocida universalmente. En el nuevo orden internacional que emergía de los escombros de la Segunda Guerra Mundial, comenzamos a sentir que la voz de nuestro país, que se había elevado al reconocimiento mundial a fuerza de respetar la dignidad humana y el consenso popular, se escuchaba cada vez con mayor atención. Fuimos forjando así una definición de nuestras propias metas internacionales, cónsonas con las que el Movimiento de Liberación Nacional se había impuesto para la política interior.

En 1970 se inicia lo que podría llamarse el período de madurez de la nueva política internacional de Costa Rica. Se abandonó entonces cierto dogmatismo que nos habían impuesto las tensiones de la guerra fría, ahora en periodo de descongelación. Abrimos nuestras relaciones diplomáticas a los países socialistas, abrazando un pluralismo ideológico y político que juzgamos indispensable para la armonía internacional. Defendimos con vigor y sin duplicación, los principios básicos de convivencia entre los Estados, que incluyen los de la cooperación económico-social entre naciones, como lo exige la interdependencia que hoy existe entre los Estados grandes y pequeños. (Op. Cit. Págs. 5 y 6)

Son múltiples los discursos, conferencias, escritos y reconocimientos del Dr. Gonzalo Justo Facio Segreda; y su legado es enorme en el aporte al desarrollo de la Política Exterior de Costa Rica; que prácticamente diríamos que existe “un antes, y un después”, de la incursión en el mundo de la diplomacia de parte de don Chalo; algunos lo llaman el canciller de lujo; o el canciller de cancilleres. Sin duda su aporte al país en la vida pública, desde los distintos cargos públicos ejercidos quedarán escritos con huellas de oro; y honor a quien honor merece; de un costarricense que supo leer el signo de los tiempos y poner el nombre del país muy alto en el Concierto de las Naciones. Esto es parte del reconocimiento internacional de que goza el país y que hoy día recogemos el fruto cosechado por personajes del calibre intelectual como don Gonzalo J. Facio.

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