Flor Mary Naranjo Esquivel
Vivimos en una sociedad con ideas y creencias, es decir, construcciones sociales, en la que el machismo está aún muy presente a pesar de que se ha tratado de erradicar y de educar desde los principios de Igualdad y Diversidad. Sin embargo, es difícil enfrentarse a instituciones reproductoras de ideología tan buenas como la familia en donde los roles de género se modelan y enseñan en el hogar y en muchas ocasiones, las madres y los padres educan a sus hijos varones para que ciertos roles no les correspondan, mientras que a las hijas, les responsabilizan de algunas tareas como si fueran exclusivas de las mujeres, cuando los hombres también las pueden realizar: cocinar, lavar, limpiar, aplanchar y en general, todo lo que tiene que ver con el espacio doméstico.
Por ejemplo, algunas de las prácticas de crianza de las madres tienden a caer en la naturalización de roles a partir de la proyección; como ellas fueron criadas pretenden criar a sus hijas, sin cuestionar nada. Y claro, es que el juego de quien tiene el poder es precisamente ese, no cuestionar!
¿Son las madres culpables de educar hijos machistas e hijas sumisas?… Bueno, ellas reproducen lo que aprendieron, igual que los varones. Y como en esta sociedad lo doméstico y el cuido les corresponden a las mujeres (por mandato social) resulta muy fácil echarles la culpa a las mamás, que se vuelven una especie de “víctima y cómplice”.
Es frecuente escuchar aun en muchos hogares de nuestra sociedad decir; que la mujer es la que se encarga del hogar y el hombre el que sale a la calle a trabajar, sobre todo en hogares de zonas rurales, donde la mujer desde que nace se le enseña que su rol es de ser ama de casa, hacer todas las tareas del hogar y dedicarse a sus hijos y por ende a su marido, y el varón quién debe salir trabajar y llevar sustento a su casa. Todos son comportamientos aprendidos que vienen desde la crianza que hacen que las mujeres o los hombres, consideren ciertas tareas o labores como exclusivas de algún sexo, ya sea del masculino o del femenino y a consecuencia de esto es como se puede ver la forma de que se naturalizan los roles.
En todos los hogares se deben ir rompiendo paradigmas e ir creando nuevos para irse reeducando de una forma más actualizada, donde la naturalización de roles no se fomente ya sea para los hombres o las mujeres, para así poder ir rompiendo con una de las problemáticas más antiguas como es el machismo e ir educando a los niños y niñas desde la igualdad.
Debemos considerar que aunque esto ya se ha ido modificando aún falta mucho camino por recorrer para combatir el tema de la naturalización de los roles que viene del hogar eh inculcado muchas veces más por parte de la figura materna que posiblemente ha sido creada de esta misma forma.
Es importante tener presente que la familia es fundamental en nuestra sociedad y que debemos resguardarla ante todo, a todas las familias, y esto incluye fomentar la igualdad real entre mujeres y hombres.
– Estudiante de Psicología