Dede mi perspectiva
José Francisco Bolaños Arquín
En los próximos años, Costa Rica deberá hacerle frente a una realidad, como es el envejecimiento de la población y un aumento en la esperanza de vida de los ciudadanos, que de acuerdo con INEC, en el 2015 era de 79.9 años en promedio (82,4 para las mujeres y 77.4 los hombres), niveles comparables con países desarrollados.
La población total en nuestro país para el 2030 será de unos 5.600.000 habitantes, donde el 15%, 840.000 serán adultos mayores. Veinte años después, en el 2050 la población aumentará a 6,500.000 habitantes, unos 1.690.000 ciudadanos, el 26% serán adultos mayores.
Por otra parte, la tasa de fecundidad en nuestro país ha venido disminuyendo, en 1970 era de 5.01% el promedio por mujer en edad fértil y para el 2050, de continuar esa tendencia será de solo el 0.1%, donde los que nacen y mueren será muy similar, lo que complica aún más la situación.
Ante este panorama, la atención del adulto deberá ser prioritaria y darse una mayor inversión en infraestructura hospitalaria y de hogares de alojamiento, programas educativos y recreativos, por lo que deberá ser objeto de una acertada planificación, orientada a asegurar una vida digna a este importante sector de la población.
En Holanda por ejemplo, han ideado una solución que me parece interesante de estudiar y poner en práctica en nuestro país. En algunos hogares de ancianos, han brindado la oportunidad para que jóvenes estudiantes universitarios, de zonas alejadas y de bajos recursos vivan gratuitamente en estos centros, luego de una minuciosa escogencia.
Ahí se les ofrece alojamiento temporal y a cambio deberán brindar atención de calidad al menos 30 horas por mes a los ancianos. Además de entablar conversaciones del interés de ellos, jugar, ir a caminar a centro comerciales y de compras, a parques, al igual que prepararles comidas sencillas y enseñarles computación para que puedan utilizar las redes sociales y así comunicarse con sus familiares y mantenerse informado por medio de videos de su interés.
Esta idea de convivencia generacional fue puesta en práctica en Holanda por Humanitas Deventer, donde su Director Ejecutivo señala la importancia de no aislar a los ancianos del mundo exterior. El propósito es lograr una adecuada relación entre los adultos y jóvenes con el fin de mejorar tanto su salud física como psíquica, que en muchos casos y por diferentes motivos han sido abandonados, relegados y faltos de atención familiar.
El mismo Holanda y otros países europeos, las casas de retiro están ideando sus propias estrategias para atraer buenos jóvenes a convivir con los mayores y va de acuerdo con las necesidades e intereses de las organizaciones. En Finlandia deben pagar alquileres baratos para poder vivir en esos hogares y se mantienen las obligaciones de dedicar al menos 30 horas mensuales a los adultos.
Así las cosas, estas organizaciones pretenden una mejora sustancial en la atención de la vejez, de manera que logren alcanzar con plenitud una muy buena calidad de vida.
– Administrador de Negocios