Psicología de la violencia doméstica

Sara Delgadillo Izaguirre

Violencia

Como estudiante de psicología se me asigna una lectura en la cual se requiere de un análisis crítico sobre los distintos patrones incorporados en toda la cultura, que, de manera muy personal, concibo que la idiosincrasia se ha creado bajo una sociedad comprimida de sesgos, prejuicios e ideas preconcebidas.

Se establece que la única manera universal de ser mujer es admitiendo la privatización de libertad, de autonomía, despojándose de toda actitud independiente y el poder de tomar decisiones sobre sí misma y su medio.

Decisiones de cómo vestir, de cómo hablar, que intereses poseer en su identidad, de cómo debe ser moldeada la idiosincrasia para que una persona sea reconocida como mujer, de cómo ser la buena hija, buena esposa, buena madre, en otras palabras, de cómo ser en función y en favor de otros para lograr un perfecto ajuste a las constantes demandas que socialmente corresponden a ser mujer. En los roles anteriormente mencionados se hace presente la servidumbre, el rol dónde la mujer se auto anula para actuar en asistencia, como un deber nato que corresponde a su prototipo femenino.

El poder establecido es un poder dentro del único esquema aprendido que es el patriarcal, dónde casi por selección natural surge aquel que domina, pero ¿Cómo el poder puede ser interpretado como un aspecto justo cuando los roles ya están instaurados de manera en que la mujer sea anulada en su rol para poseer dicho poder?

Tal es el caso en donde a una mujer se le remunera menos en un cargo o puesto, cuando posee las mismas o mayores capacidades, títulos y experiencias laborales en comparación a un hombre el cual se le remunera más, ¿Cuál es la causa de que exista tal injusticia y bajo qué criterios se le paga mayor salario a un hombre que a una mujer estando ambos en las mismas capacidades?

Causa de ello se debe a que el concepto de poder está interpretado a conveniencia de todo el antecedente machista, en la cual la mujer ha sido desprendida del derecho al poder, ha sido dominada y en su opresión han concedido ese poder a los hombres quienes por supuesto, se han empoderado de esa relación de poder vrs sumisión.

Se puede observar que la única manera de que una mujer pueda participar y ser miembro en una relación de poder es aceptando el rol de sumisión, si por ejemplo una mujer posee capacidades dignas de una remuneración justa, laboralmente se le acepta la destreza, no obstante, para poder ejercerla debe aceptar que por el hecho de ser mujer su salario será menos.

A su vez en la cultura patriarcal, a la mujer se le demanda la ideología de amor, el cual implica entrega incondicional en el prototipo de familia unida, esposo contento e hijos educados, es por lo anterior que hoy en día algunas mujeres en función al paradigma anterior, sufren agresiones desde edades tempranas, adquiriendo una conducta aprendida de cómo representar esa ideología de amor.

El ideal es que las mujeres rompan con ese esquema de vida aprendido, en el cual se elimine toda conducta adaptativa hacia el cautiverio, uno de los pasos relevantes hacia esa causa es la aceptación de que han sido desplazadas hacia la sumisión, con el objetivo de enfrentar la realidad y adquirir la capacidad para defender sus derechos, mediante la conciencia sobre los actos atroces perpetrados hacia el sexo femenino.

Una vez roto todos los paradigmas y arquetipos aprendidos, finamente entonces habrá una mayor concientización y predisposición a oportunidades de cambio.

Por ejemplo, usualmente se observa que mientras una mujer está transitando por las calles de San José o cualquier otra provincia del país, haciendo compras, realizando asuntos personales, circulando, un hombre se proclama con el derecho de abrir su boca para expresar su pensar sobre esa mujer, designándole desde términos cómo “preciosa” en el mejor de los casos y hasta términos como “rica”, o peores conceptos.

¿Cuál sería el distintivo del pensamiento de un violador en serie y el pensamiento de un individuo que se acredita el derecho para denominar cómo objeto sexual deseable a una mujer que meramente camina con el único interés de realizar propósitos personales del día a día?

Reeducación, el hombre necesita reeducarse en su propósito de evolucionar, también precisa hacer conciencia e introspección sobre toda su idiosincrasia que lo define cómo figura masculina, el saber sobre su derecho a desplegarse del rol calificativo que los ha definido y que por lo tanto los ha mantenido también en cautiverio, adquirir el conocimiento de que pueden ser habitantes educados y civilizados en una sociedad en progreso, es un requisito primordial para así poder avanzar al paso de las generaciones.

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Estudiante de Psicología

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