—»Decime Cholo: ¿cuál a tu criterio es la diferencia exacta entre el capital y el trabajo?»
Obregón, todo ingenio y chispa, sonriente y con una ironía finísima, le responde a su amigo el poeta:
—»Mira viejo; es muy sencillo contestar a tu pregunta. Vos me prestas cien colones: ese es el capital». El poeta Salazar Alvarez, bastante sorprendido le dice:
—»Bueno Cholo: ¿y el trabajo?» Nuestro gran humorista, tratando de tomarle el pelo a su amigo el poeta, le replica:
—»Pues hombre, Raúl, las dificultades que tendrás que pasar para que yo te devuelva tu dinero»…