La pareja que salvó al templo más bonito de Costa Rica

Camilo Rodríguez Chaverri

Si tuviera que escoger un templo como el más bonito de Costa Rica, ese templo es el de La Hacienda Sitio de Mata, antigua Hacienda Tayutic, en Sitio de Mata de Pavones de Turrialba. La historia del templo es mágica: fue construida en 1915 por unos curas franciscanos en Tres Equis de Turrialba, donde permaneció durante varias décadas. De ahí pasó a la comunidad de Pavones, porque en Tres Equis tenían un templo más grande. Unas décadas después, también se hizo pequeño para Pavones, por lo que lo trasladaron a la pequeña comunidad de Sitio de Mata, pero un cuarto de siglo más tarde volvió a correr peligro. La comunidad y el sacerdote decidieron construir un templo nuevo, de cemento, en su lugar.

Una señora de apellido Víctory se enteró. Le habló a su esposo, de apellido Ortuño. Ellos tenían una finca en el pueblo, finca que ahora es de sus hijos. Le hablaron al sacerdote, le dieron una contribución para el templo nuevo, y el cura les dio el viejo templo desarmado. El señor Ortuño lo guardó en bodegas hasta que estuviera listo el templo nuevo de la comunidad. En ese momento, el señor Ortuño y la señora Víctory escogieron una colina de su finca y ahí instalaron el templo. A la par le hicieron un lago, con puente de madera, patos y gansos. También le hicieron un jardín bellísimo. Uno de sus hijos construyó un laberinto. Trajeron esferas precolombinas y esculturas modernas para el jardín. El templo parece salido de un cuento de hadas. Ningún templo de Costa Rica tiene un resplandor similar.

La señora Viíctory no se conformó con rescatar el templo de Sitio de Mata. También rescató dos vitrales de la vieja y bella iglesia de Turrialba. Estaban abandonados debajo de unas gradas, en Turrialba. A cambio de otra contribución, se trajo esos vitrales y les hicieron un campito a los dos lados del altar en este templo de su hacienda, que es un verdadero regalo para los ojos y las emociones.

Hay pueblos que conservan sus iglesias viejas, como Fraijanes de Alajuela, Llano Grande de Cartago y Vara Blanca de Heredia. En los tres casos, hay templos nuevos, pero ninguno reúne las condiciones ni las riquezas de sus iglesias antiguas. También hay una iglesia antigua en La Trinidad de Copey de Dota, y una parte del pueblo lucha por conservarla, a pesar de que la dirigencia de la comunidad quiere botarla, lo que sería un verdadero crimen contra el patrimonio arquitectónico del país.

En el cielo, el señor Ortuño y la señora Víctory han recibido un reconocimiento de Dios y de los ángeles. Es un reconocimiento que el país les quedó debiendo. Gracias a ellos, en Sitio de Mata de Pavones de Turrialba, se luce la más bella iglesia de Costa Rica.

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