Izquierda y derecha: contexto latinoamericano

Monólogos con Pelé *

Lina Barrantes

Lina Barrantes Castegnaro

Hace muchos días insisto en que las ideologías se han confundido. Recién regreso del Ecuador, donde el domingo, hubo elecciones en las alcaldías y el Presidente Correa, perdió. He aprendido lecciones de democracia y de progresismo en este viaje al Sur: aprendí que si se tiene el control de los medios, el de las estructuras de poder y ademas se es de izquierda, un Presidente a pesar de tener prohibición, puede lanzarse a hacer campaña electoral, porque cuando era Somoza quien lo hacía, era un abuso de poder, ahora lo que sucede es que el Presidente defiende los logros de la revolución.

He venido aprendiendo que el machismo solo existe en la derecha: el Presidente Correa, se permite llamar gorda fea e insatisfecha sexual a una muchacha que lo critica por sus actitudes retrogradas en materia de género. Correa, en alianza con los sectores más conservadores de la Iglesia y con la ultra derecha adversa varios temas, entre otros los de la agenda feminista.

También aprendí, que si uno se autocalifica como persona de izquierda, puede con bombos y platillos anunciar que se harán consultas a las poblaciones cuando de extraer minerales se trate, y luego autorizar la operación de la minería a cielo abierto y encarcelar a los dirigentes indígenas que exigen respeto a sus tierras ancestrales, tan solo porque piden que se respete lo que dice la constitución. Esas consultas no se hacen y punto. No se discute por que es una decision para impulsar la revolución, quien lo dude es nada mas y nada menos que un contrarevolucionario.

De Venezuela he aprendido que un muerto asesinado por el ejército de Maduro, tiene menos importancia que uno asesinado por el ejército de Pinochet.

Que cuando las dictaduras del sur encarcelaban a líderes políticos por no coincidir con su pensamiento, eran eso: oprobiosas dictaduras, mientras que cuando es el régimen de Maduro el que lo hace, los presos son fascistas, golpistas y enemigos de la democracia que merecen estar en las cárceles. Que cuando un venezolano protesta por que no tiene que comer, o no tiene medicamentos, es un canalla fascista. Cuando lo hace un estudiante en Costa Rica que tiene que comer, que tiene medicinas, y que tiene posibilidades de estudiar, es un héroe, que defiende su país, de los neoliberales, que se lo han tratado de robar.

De Nicaragua he aprendido, que cuando hay corrupción en un gobierno, es porque los ricos son unos insaciables y siempre quieren mas, mientras que cuando es el régimen de Ortega, hay que guardar sepulcral silencio, por que lo que diga el Comandante Ortega no debe analisarse, tiene que aceptarse como un dogma de fe.

Cuando los gobiernos latinoamericanos compraban armas, el mundo debía gritar. Mientras que cuando las compran ahora, solo están defendiendose del imperialismo y de los riesgos que implica el poder golpista apoyado por los Estados Unidos.

Pues no. Sencillamente para mi no es así. Un vida de un palestino, vale lo mismo que la de un venezolano, o la de un guatemalteco, o un tico. Estoy en contra de cualquier régimen que se atreva a privar de la vida a alguien.

No. Nadie puede ser perseguido en razón de sus ideas, así sean buenas o malas. Todo ciudadano tiene derecho a expresar su pensamiento y sus opiniones sin ser perseguido por ello.

No. La corrupción debe detenerse y penarse venga de donde venga. En regímenes disfrazados de izquierda o en regímenes claramente de derecha. No puede ser que en Costa Rica haya quienes aprovechando su posicion se enriquezcan y se muestren tan progresistas y “tan zen” como dice mi querido Luis Diego Vargas, que no se les puede censurar.

El funcionario público que se ampara en una incapacidad, para seguir ganando un sueldo y no cumplir con su trabajo nos está robando a todos. No solo nos roba el presidente que cobra comisión por los reaseguros, sino que nos roba también el que no hace su trabajo.

Los valores y los principios son unos, y no pueden acomodarse. El metro con el que se miden los actos es uno, y no puede variarse según sea a quien se mida. Los encasillamientos que promueve ese pensamiento dicotómico de que hay malos y hay buenos, hay neoliberales y hay progresistas, tiene que ser descartado y debemos juzgar a los hombres y a las mujeres por sus actos y no por la casilla ideológica en la que se auto coloca cada uno.

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* Pele fue mi perro, un beagle. Durante 10 años, escuchó pacientemente las reflexiones que de vez en cuando decidí poner en blanco y negro. Por su complicidad, decidí poner este nombre a la columna.

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Un comentario

  1. Luis Bernal Montes de Oca Figueroa

    Muy bueno tu comentario, Lina te felicito,

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